Si hay algo que caracteriza a Eduardo Domínguez es su frialdad. Más allá de algún desliz ante la prensa cuando su ciclo tambaleaba, el entrenador se ha caracterizado por ser una persona serena, sin grandes sobresaltos, aun en la derrota como en la victoria.
Sin embargo, en los últimos partidos se vieron dos gritos de desahogo. El primero de ellos fue en la victoria ante Racing, cuando el DT salió gritando hacia el túnel tras un triunfo muy trabajado.
Cuando Sebatián Martínez Beligoy señaló el círculo central, Domínguez explotó. “Tomaaaa… Vamossssss”, gritó el técnico, apretando los puños y caminando cerca del banco de los suplentes, en filando para la mitad de la cancha.
La reacción, impropia de un tipo tan estructurado que se muestra, casi siempre, en modo zen, llamó la atención de quienes vieron la imagen. ¿Por qué hubo semejante reacción? ¿A quién fue dirigida? ¿Tan importante era la carga que traía el DT?
En la zona de conferencia, Domínguez no anduvo con vueltas y manifestó que el desahogo fue por el arbitraje. “El grito desaforado es por las que no te cobran. Es fácil mirar para el costado. Sentía que podría ser mejor el arbitraje. Todos nos equivocamos, pero siempre se equivocan para el mismo lado. Estamos acostumbrados a pelear contra esas situaciones. Casi no se puede hablar con los árbitros ya. En los últimos minutos hasta me transpiré. Por eso el desahogo, por haber ganado en una cancha muy difícil frente a un gran rival”, explicó.
El otro desahogo de Domínguez
en el partido del jueves ante Independiente de Mendoza, se vio otro festejo importante del DT. Fue justo cuando Leandro González Pírez metió el segundo gol de su equipo y el entrenador, en una imagen épica por la lluvia que caía en ese momento, metió grito, puño y felicidad plena. La imagen fue captada por la señal ESPN que luego armó un video que rápidamente se viralizó en redes sociales.
Domínguez y la resurrección del ciclo
El entrenador ese refirió en conferencia de prensa a la importancia que tenían los partidos que el equipo ganó para demostrar que el hambre de gloria está vigente. “No nos juramentamos nada, tenían que creer en ellos, consolidar un equipo y esperamos poder seguir así. Este semestre, el equilibrio de los grandes y la experiencia, nos pueden ayudar dentro de una estructura y una base fuerte. Era nada más que crean en ellos. Se había generado mucha presión, pero ellos jugaron al fútbol y fueron justos ganadores en estos partidos”, expresó tras la tercera victoria al hilo.