Clarín no afloja con su obsesión por la letra K, pero nada dice si son libertarios
Este análisis deja en claro como Clarín sigue utilizando la letra "K" para vincular delitos al kirchnerismo, y omite filiaciones si son de otros espacios
El Grupo Clarín, uno de los conglomerados mediáticos más influyentes de América Latina, es señalado desde hace décadas por aplicar un doble estándar en su cobertura de noticias, especialmente en lo que respecta al kirchnerismo y al peronismo. Sin embargo no se cansa ni afloja al repetirlo a diario, volviéndose groseramente evidente.
Esta práctica, que se mantiene durante más de 15 años, se manifiesta en la forma en que el medio titula y presenta las noticias, utilizando la letra K como símbolo de todo lo negativo asociado con el kirchnerismo.
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En este artículo analizamos apenas dos titulares de este jueves de Clarín, que ejemplifican esta tendencia y cuestionamos si el objetivo del medio es realmente informar o actuar como un brazo político.
TITULARES EN CUESTIÓN
1. "Sigue preso: Destituyeron a Germán Kiczka de la Legislatura de Misiones: qué declaró en la causa que lo tiene como acusado de pedofilia"
2. "Allanan dos campos en Chaco: Secuestraron camionetas, dólares y cocaína en poder del piquetero K que reemplazó a Emerenciano Sena"
Ambos titulos se publicaron el mismo día y, por una coincidencia en la edición gráfica, quedaron uno al lado del otro en la página del sitio de Clarín.
En común tienen que los protagonistas de estas noticias son de provincias del norte y están acusados de delitos graves. Sin embargo, la forma en que se presentan revela un sesgo absolutamente obvio.
EL ETERNO USO DE LA LETRA K
En el primer titular, se menciona a Germán Kiczka, un legislador de Misiones acusado de pedofilia. No se hace referencia a su filiación política, a pesar de que es cercano al gobierno actual de Javier Milei y ha sido apoyado por figuras del PRO como Patricia Bullrich.
En contraste, el segundo titular se refiere a un piquetero al que vinculan al kirchnerismo, utilizando la letra "K" para subrayar su afiliación política.
Este uso selectivo de la letra "K", como quedó dicho no es nuevo. La pregunta que surge es si realmente a los editores y propietarios del Grupo liderado por Héctor Magnetto les importa mostrar la corrupción, el delito, el narcotráfico o la pedofilia como tales, o si su objetivo principal es únicamente vincular estas conductas al kirchnerismo.
LA PERSISTENCIA DEL DOBLE ESTÁNDAR
A pesar de que el kirchnerismo ya no es el gobierno nacional desde diciembre del año pasado, Clarín sigue insistiendo en desgastar a este sector político.
Esta persistencia sugiere que el medio no solo busca informar, sino también influir en la opinión pública y proteger sus propios intereses.
Durante los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner, el grupo Clarín se enfrentó a políticas que consideraba perjudiciales para sus negocios. Esta "guerra" mediática, como la llamaba Néstor Kirchner y el propio editor en jefe de Clarín de aquella época, el fallecido Julio Blanck, parece no haber terminado.
¿INFORMAR O INFLUIR?
La obviedad con la que Clarín titula sus noticias lleva a cuestionar si realmente quieren informar o si están actuando como un brazo político.
La falta de mención de la filiación política de figuras cercanas a otros partidos, mientras se destaca la del kirchnerismo, sugiere un sesgo intencional.
Este doble estándar no solo afecta la percepción pública, sino que también socava la credibilidad del medio como fuente de información objetiva.
La pregunta que se mantiene es si los lectores pueden confiar en la información presentada o si deben buscar fuentes alternativas para obtener una visión más equilibrada de los hechos.
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