Eduardo Domínguez y su receta guardiolista para superar otra crisis
Eduardo Domínguez mostró buenos reflejos para el rearmado del equipo y superó otra turbulencia en Estudiantes. Incidencia guardiolista y dudas a futuro.
Eduardo Domínguez sacó adelante otra parada brava. En medio de las discusiones por la enorme cantidad de lesionados que tiene su equipo, el técnico de Estudiantes logró sumar con una vieja receta que supo implementar Pep Guardiola en el Barcelona: jugar con el famoso falso nueve.
Todo comenzó tras el partido ante Defensa y Justicia cuando se lesionó Guido Carrillo. Más allá de haber hecho un gran partido, el goleador sufrió una patada en la cara que lo marginó hasta el día de hoy del equipo y le generó a Domínguez un enorme dolor de cabeza.
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Con los tres centro atacantes lesionados (Carrillo, Giménez y Méndez), el técnico apeló a jugar sin un nueve de área. En Banfield fue - impulsado por la lesión de Cetré en la entrada en calor- un rato Palacios y ante Instituto y Barracas José Sosa, consiguiendo siete puntos sobre nueve posibles para dejar atrás una de esas malas rachas por la que atravesó en algunas oportunidades el ciclo.
Con un juego más asociado, sin tanto juego directo y con buenas sociedades agrupadas por las bandas, Domínguez consiguió una faceta impensada del equipo hasta el momento que le permitió incorporar una variante más a su manera de jugar hasta el momento.
Cómo nació el falso nueve que implementó Eduardo Domínguez
Tal vez los memoriosos conozcan otra historia, pero en la era moderna, el falso nueve lo implementó Pep Guardiola en la época dorada del Barcelona. Más precisamente en el año 2009, en la previa en un clásico ante el Real Madrid. Hasta ese partido, que el Barca terminó ganando 6 a 2, Messi jugaba a la derecha, Samuel Eto'o por el centro y Thierry Henry de 11.
Recuerda Messi: "No lo habíamos hablado, durante la semana en los entrenamientos algo mencionaba de que quizá íbamos a hacer algo diferente. El día antes del partido me llamó: 'Vení a la ciudad deportiva que quiero hablar con vos'. Me mostró videos y me dijo que íbamos a jugar con falso 9 para que los centrales de Real Madrid no tuvieran referencia, quería tener uno más en mitad de cancha para controlar la pelota porque decía que para ganar en Madrid había que tenerla y ser protagonistas, sino era muy difícil ganar. Entonces me decía: 'Quiero tener la pelota, que vengas a mitad de cancha, que te juntes con Busquets, con Xavi, con Iniesta. Si salen los centrales, tenemos a Samuel (Eto'o) y a Tití (Henry) que van a picar al espacio'. Y así lo hicimos. Éramos uno más siempre en mitad de cancha y ellos estaban un poco perdidos porque era algo nuevo lo que hacíamos", contó el rosarino.
Entonces, el "falso nueve" fue un recurso que "llegó para quedarse porque encontramos como siempre ser uno más dentro de la cancha y manejar el juego a través de la tenencia, de hacer correr al rival. Llevó unos años hasta que un equipo le pudiera encontrar la vuelta".