Se trata de la especie laúd, la más grande de las tortugas, incluida en la categoría vulnerable de animales amenazados por la Unión Mundial para la Naturaleza. El ejemplar hallado se encontraba en estado de descomposición.

Tras flotar en el mar alrededor de una hora y despertar la curiosidad de los turistas, una tortuga marina encalló en las costas de Mar Azul durante la mañana del domingo.

Luego de constatar que se encontraba muerta, en estado de descomposición, el guardavidas Julián Lima dio aviso al municipio gesellino para que la retirara de la playa.

Se trata de una tortuga laúd o baula, la más grande de estos animales, que se diferencia del resto por tener un caparazón blando. Suelen medir entre 130 y 175 metros de largo y su peso puede alcanzar los 600 kilos, aunque en Gran Bretaña fue hallada una de más de tres metros y mil kilos.

Según la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN) es una especie amenazada, categorizada como vulnerable, que durante los últimos diez años disminuyó su población en un 80 por ciento.