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Con fines científicos sobre su uso medicinal

La UNICEN inicia su primer cultivo experimental de cannabis

Funcionará en la Facultad de Ingeniería de la UNICEN con sede en Olavarría. Los cuatro referentes del proyecto en una charla mano a mano con Infocielo.

A pocas semanas de conocerse la nueva reglamentación de la ley nacional de cannabis medicinal, que viene a dar respuestas a algunas de las demandas sociales de cultivadores y pacientes, la aprobación de un proyecto para instalar un cultivo experimental en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (UNICEN), despierta gran expectativa en un grupo de investigadores y referentes sociales que trabajan, desde hace años, en la temática.

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La propuesta se nutre de un fuerte abordaje interdisciplinario y comenzará a implementarse en Olavarría desde febrero del año próximo. Además de científicos de la Facultad de Ingeniería, participan investigadores de la Facultad de Ciencias Sociales, referentes de la clínica y maternidad local “María Auxiliadora” y representan tes de la organización “Cannabis Activa Olavarría”.

Para conocer detalles de la iniciativa, Infocielo reunió a los cuatro referentes del proyecto: el Dr. Gastón Barreto, docente investigador de la Facultad de Ingeniería de la UNICEN, el antropólogo, Dr. Marcelo Sarlingo, investigador de la Facultad de Ciencias Sociales, el médico y director de la clínica y maternidad “María AuxiliadoraDr. Enrique Bintana y Emilio Hurtado, integrante de la agrupación “Cannabis Activa Olavarría”.

“Simbólicamente es muy importante”

En primer lugar, el director del proyecto y miembro del Consejo Consultivo Honorario creado por la Ley nacional 27.350- normativa que autoriza el uso terapéutico y paliativo del cannabis- Dr. Gastón Barreto, explicó que el cultivo experimental “fue aprobado y financiado por una línea de fortalecimiento de Ciencia y Tecnología de la UNICEN”.

Señaló que uno de los focos de la investigación “está anclado en emular la construcción cultural de cultivo para uso terapéutico en una escala controlada, de laboratorio. Es un cultivo pequeño, indoor, con dos variedades de la planta que se reconozcan que están siendo usadas. Aún estamos evaluando cuáles vamos a elegir. Hay algunas que están monitoreadas a nivel nacional como a nivel local y hay un relevamiento interesante de la práctica médica para poder enfocarnos en ellas” detalló.

Mencionó que otro de los objetivos, es “hacer el acompañamiento y realizar una sinergia para relevar los datos y sistematizar la información que se está generando en acompañamientos terapéuticos formalizados en estas relaciones de médicos- pacientes que ya existen hace algunos años”.

El investigador del Conicet consideró indispensable “acompañar la realidad social en función de la nueva reglamentación de la ley donde se aprueba el cultivo para sí, a través de terceros y cultivadores o el cultivo más en red a través de asociaciones civiles. Y ahí tratar de aportar datos con la mayor rapidez que podamos para generar protocolos seguros, de buena productividad”.

Para Barreto, “lo más simbólico es esto de tener un cultivo experimental, reconociendo y valorizando formalmente a quienes saben de cannabis que son las asociaciones civiles, los cultivadores que se pusieron al hombro y se expusieron para exponer la problemática. Y eso derramará en otra serie de proyectos porque será la fuente de material vegetal para avanzar con otros objetivos de otros proyectos del plano científico” consideró.

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“Tengo muchísimas expectativas. Por un lado, el sistema científico empieza a caminar por un camino distinto. Hasta ahora veníamos hablando, haciendo divulgación, militando el tema para poder llegar a esto y ahora cambia el escenario operativo. Vamos a tener material vegetal estandarizado, trazable, para poder abordar desde otro lugar los resultados que obtenemos” destacó.

Además opinó que se “abre el juego a otros proyectos de investigación. Nosotros estamos enfocados del lado más técnico en la generación de materiales para la liberación controlada. Y después hay expectativas más amplias. En Olavarría se arrancó a discutir en una Mesa Interdisciplinaria qué va a decidir Olavarría con el tema, con un foco fuerte en el acceso a la salud. Acabo de terminar una reunión con la Agencia Nacional de Laboratorios Públicos que está avanzando sobre el tema y el martes hay una reunión para ver si el ANLAP puede sumar desde un lado soberano, entendiendo que en el marco privado ya llegó. Hay una especialidad aprobada desde fines de septiembre y ese marco privado está visualizando lo que sucede a nivel mundial en productos que no son de espectros completos de cannabis sino que son aislamiento de componentes bioactivos, individuales, para generar una formulación ya con un recorrido a nivel mundial de aprobación. Esta especialidad medicinal emula lo que es Epidiolex a nivel mundial que es un fármaco que tiene cien miligramos por mililitros de CBD. Ahí se va enfocar parecería la industria privada” dijo Barreto.

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Respecto a otras experiencias de investigación en las universidades públicas mencionó: “el proyecto en la Universidad de La Plata que tiene dos años con la cepa argentinas terapéuticas y tres variedades. La UBA tiene una aprobación para poder avanzar en el cultivo como autoabastecimiento para la investigación y después hay una aprobación más integral por parte del ministerio de Salud en Río Negro, una propuesta soberana con el INTA pero no hay otros. Tampoco hay un recorrido tan amplio en universidades diría en Latinoamérica al menos enmarcados en una propuesta en la que se aprueba formalmente y se financia. Simbólicamente es muy importante”.

“Esto es el primer paso, pero no tiene techo”

El médico y director de la clínica María Auxiliadora de Olavarría, Dr. Enrique Bintana, valoró que “se junten todas las patas. Es muy enriquecedor para todas las partes, a modo de después cada uno poder volcar conocimiento, en mi caso a los médicos o a los que se acercan a hablar del tema. Nosotros estamos vinculados desde hace más de dos años, trabajando en silencio. Nuestro aporte sería poder juntar evidencia de las patologías que se describen habitualmente pero que representan una escasa proporción de todo lo que puede tratar el cannabis” explicó.

Comentó que en el ámbito médico trabajan “con dos cepas medicinales con una proporción ideal CBD-THC interactuando con Gastón- Barreto- que nos dice en miligramos lo que podemos expresarnos con los pacientes. Los pacientes te reclaman que hables en miligramos como cualquier otro fármaco así que desde ese punto de vista trabajar con un producto estandarizado en miligramos” explicó el profesional.

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Bintana considera que “no hay resistencias pero para abrir el juego a los médicos tiene que estar un poco más claro cómo vamos a jugar. Desde el punto de vista de los médicos interactúo con todos, me derivan pacientes por el dolor no resuelto, la artrosis que genera mucha insatisfacción y que no tenés medicación y habitualmente lo manejan los traumatólogos me derivan los pacientes igual que los neurólogos, reumatólogos, otros clínicos. El hecho de poder hablar en miligramos hace que se vea como un fármaco más. Eso es un logro que hemos tenido y la comunidad lo ha aceptado perfectamente” destacó.

El médico afirmó que el cannabis “es una droga que no viene a sacar nada a nadie sino que viene a complementar o reducir el uso de otros fármacos y tener menos efectos adversos. No es para ponerse celoso. Puede interactuar con la morfina, antiinflamatorios, calmantes, ansiolíticos. Esto es el primer paso, pero no tiene techo. En la medida que haya otro presupuesto y podamos hablar de otros componentes que hoy no hablamos. Hoy se habla solo de CBD y THC” expresó.

“No es un capricho el tema del autocultivo”

Por su parte, el referente de la agrupación “Cannabis Activa Olavarría”, Emilio Hurtado calificó al proyecto como “una oportunidad excelente acceder a un cultivo controlado. Desde mi punto de vista abre la expectativa de generar protocolos de cultivos para quienes cultivan en su casa puedan hacerlo de una manera más segura”.

En este sentido, valoró: “vamos a poder ensayar mucho más tranquilos. Diferentes formas de cultivar, diferentes suelos, sustratos, fertilizantes para por ahí compartir después con la gente que va a tomar la decisión de cultivar en su casa para sí o un tercero. Hay un montón de cosas que van a ir apareciendo a mediada que este proyecto avance”.

Respecto a la adquisición actual de aceites de cannabis por parte de la población advirtió sobre los riegos de hacerlo en el mercado informal y abogó por el autocultivo: “La mayoría de la gente que nos escribe a la agrupación nos pide aceites, semillas o extractos, derivados o flores pero no es nuestra función como agrupación sino la de repartir información que tenemos sobre eso y si la persona tomó la decisión de cultivar acompañarla. No obstante, las personas optan por acceder desde el mercado ilegal, comprando por internet o adquiriéndosela a alguien que generalmente no tiene una trazabilidad de lo que está tomando. Por ahí durante un tiempo, toma un aceite que le funciona pero quizás después esa persona que le proveía cambia de planta o de la forma de hacer el aceite y tratamiento puede caerse y ahí es donde nosotros apuntamos a que si tomó la decisión lo cultive en su casa porque es la única manera de que sepa lo que está tomando es a través de su cultivo personal” remarcó.

Para el activista, “este proyecto nos para en otro lugar. ¿Por qué es tan importante cultivar la planta? para tener una trazabilidad. No hay otra forma de controlarlo. Es una información que mucha gente no la sabe. No es un capricho el tema del autocultivo” sostuvo.

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Por último, Emilio Hurtado, hizo hincapié en la necesidad de modificar la ley de estupefacientes: “falta cambiar la ley de estupefacientes. Hace unos días allanaron a un señor de 64 años en Azul que aparentemente tenía plantas en su poder para uso personal de él y de su hija para hacer aceites y tinturas. La Ley 27.350 cambió, lo autorizó, pero la de estupefacientes (23.737 o ley de drogas) sigue penando la tenencia. Hasta que no se modifique la tenencia simple o para uso personal hay un vacío” señaló.

“El proyecto abre la posibilidad de articular conocimientos”

Finalmente, el Antropólogo Social y docente en la carrera Medicina, Marcelo Sarlingo, consideró que “hay varios puntos que son muy ricos y apasionantes para alguien que hace antropología social que nunca hemos vistos. Así como nunca tuvimos un Papa argentino y pensábamos que nos íbamos a morir sin verlo yo pensaba que había un conjunto de experiencias y de vivencias que tiene la sociedad que iban a estar subterráneas siempre y el consumo de cannabis y su uso medicinal eran una” sostuvo.

En este sentido, subrayó los cambios en relación a los prejuicios sociales en torno al uso de la marihuana: “Hay gente, incluso formada en la universidad, que para ellos la marihuana era un poco menos que el demonio y metían todo en la misma bolsa: marihuana, cocaína, heroína, LSD eran todo lo mismo. Cualquier persona que reconociera en público que hubiera fumado alguna vez, como le pasó a Andrés Calamaro, era sancionado. Eso ha cambiado rápidamente y el mérito se ha dado a partir que muchas asociaciones civiles han mostrado que el uso medicinal del cannabis es positivo y viene a paliar un conjunto de problemáticas que en la medicina científica y biomédica no podía resolver. Desde ahí, la apertura a la demolición de prejuicios y a la aceptación de los usos medicinales es muy grande. El tema se puede hablar en todos lados y eso te da una garantía que con buenos datos científicos y una recopilación de experiencias podes tener unos trabajos más sólidos” indicó.

Para el antropólogo, el proyecto del cultivo experimental “abre la posibilidad de articular un conocimiento que está muy enriquecido por tantos años de trabajo empírico de los cultivadores que conocen un montón de técnicas pero que no está sistematizada y que se transmite de boca en boca con todo un cambio que se está dando en la medicina en los últimos años en donde la relación entre médico y paciente es mucho más equilibrada, dialogada y existe la posibilidad de que problemáticas que no estaban sistematizadas en los libros de medicina como determinadas formas del dolor y de repente el cannabis empieza a poner una luz en muchos sentidos. Incluso en el sentido de algo que tiene que ver con el bienestar humano que es el autoconocimiento que todo paciente tiene que tener de su cuerpo” reflexionó.

Hemos relevado testimonios en donde de repente una persona desahuciada por la medicina tiene un alivio con el uso del cannabis medicinal y quien pone en marcha ese uso es su propia familia. Un nieto que consiguió semilla o determinadas personas o vecinos que le regalan semillas o aceites. Hay un costado de mucha solidaridad. De repente se arman circuitos en donde el aceite se reparte gratis. Hay una experiencia de varios años en Tandil donde una asociación civil reparte aceite en determinados momentos del mes y después le enseñan a cultivar” continuó.

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Luego historizó la relación de la sociedad y consumo de drogas en la Argentina: “Nosotros como sociedad en algunos planos veníamos muy atrasados como producto de todo este esquema represivo. En Argentina, la prohibición de determinadas drogas como la marihuana, la cocaína o la heroína se dio en 1924. Llevamos casi un siglo de prohibición y en ese siglo nos hemos perdido de conocer un montón de aspectos científicos, sociales de determinados procesos no solo con la marihuana sino con otras plantas ancestrales como en regiones andinas donde hay cientos de plantas que son medicamentos para un montón de problemáticas”.

Sobre las posibilidades a nivel local a partir de la creación de la Mesa Interdisciplinaria dijo: “El Municipio hace ya más de veinte años puso en macha un laboratorio de producción medicinal propio. Hay una experiencia con capitales estatales que es muy importancia porque el fin no es el lucro ni la ganancia extrema sino que le importa más el bienestar y la salud colectiva. En ese plano, un esquema local que articule determinadas instituciones y de un lugar a personas y grupos que tienen un conocimiento específico y los protejan de cuestiones represivas sería muy bueno. Hay otros municipios como La Madrid que ya lo han intentado hace unos años. Me parece que tenemos la oportunidad de hacer algo propio porque también tenemos una estructura de facultades, médicos jóvenes que viene con otra manera de mirar la medicina y hay mucho interés de la gente joven que es muy importante”.

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