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MARTIN KOHAN BAJO LA LUPA

La columna de dataJungla: "Fuera de lugar" y otras desubicaciones

DataJungla se topó con Martín Kohan y comenta "Fuera de lugar", una de las novelas del autor que acuñó la frase "la crueldad está de moda"

No había leído a Martín Kohan, lo conocía, sí, de sus apariciones públicas, de haberlo escuchado en entrevistas. Sabía de su capacidad de reflexión, que se hizo viral cuando en un reportaje cuando expresó que vivimos un momento donde “la crueldad está de moda”. En DataJungla consideramos que es una terrible afirmación.

Como modo de primer acercamiento al pensamiento de Martín Kohan, les dejamos una nota que le realizaron en la Futurock (podés escucharlo acá) donde plantea preguntas cruciales: ¿por qué ser un servidor público o un miembro del sistema de educación pública, antes motivo de orgullo en Argentina, se ha vuelto deshonroso? ¿Cómo se deterioró ese orgullo y qué debemos hacer para recuperarlo?.

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Kohan dice que “hay que recuperar esas zonas de prestigio porque muchas cosas muy valiosas en la historia argentina provinieron, y provienen, de esos ámbitos”. Al tiempo que nos deja un interrogante para seguir pensando: “¿cómo es que la mirada, o la reacción, no va dirigida a sectores del poder financiero, cuyos empleados están ahora en la administración del Estado, sino al bibliotecario, al docente universitario, al maestro de escuela…?”.

Fuera de lugar, la novela de Martín Kohan

Me dieron ganas de ver cómo traslada su capacidad reflexiva a la literatura. El primero de sus libros que encontré fue “Fuera de lugar”, una novela de unas 220 páginas, en la que un pequeño grupo de personas, en un pueblo mendocino, encuentran el “negocito" de vender fotos de nenes desnudos. Consiguen los pibes de un cura que maneja un hogar de niños, los fotografían y luego, merced a la labor de unos marineros que pasan por Chile, las envían para su venta a Europa del Este. Estamos hablando de un emprendimiento pre-internet, las fotos se revelan y viajan en formato papel para su comercialización. La trama se engrosa con la aparición de un vendedor, que viaja con su sobrino, un niño discapacitado que sólo habla para recitar las estaciones de un ramal del Ferrocarril Roca. Posteriormente, un propietario de un hospedaje en Entre Ríos, se suma para aparecer desnudo en las fotografías, con el fin de agregarle más atractivos.

Pero los tiempos cambian… aparece internet, el negocio ya no es vender fotografías en papel. Todo es más fácil, pero aparecen riesgos: las fotos en papel no circulaban por Argentina, con el peligro de que lleguen a familiares, amigos, fuerzas policiales, etc. etc. La posibilidad de que eso ocurra trastorna al adulto que aparece en las fotos, que se obsesiona con recorrer páginas porno con el terror de encontrarse en alguna de ellas.

La trama es propia de un policial, atrapante por momentos, incómoda en otros. Un nuevo giro es generado por la aparición del tío del niño discapacitado, una persona con muchas deudas, ahorcado. Marcelo, hermano del niño y sobrino del suicida, comienza a investigar esa muerte. Descubre que el hombre andaba con plata, y hasta había cancelado todas sus deudas. Algo raro había en ese suicidio…

Dejamos ahí el argumento de la novela, con la intención de que vayan a leerla, suponemos que les habrá resultado cautivante.

Lo complejo y lo incómodo

Nos gusta que Kohan aproveche esa trama para tratar, sin aburrirnos ni ponerse denso, temas complejos e incómodos, como el abuso a los niños y la pedofilia, junto con otros relacionados con cambios tecnológicos o político-sociales. Lo hace de una manera sutil, no cargando el texto, sino reflexionando en el marco de la historia.

Los protagonistas de la novela, algunos de los cuales cometen delitos graves como el abuso, lo hacen “burocráticamente”, como si fuera una changa más, sin valoraciones morales o legales, que quedan para el lector. Kohan buscó ese efecto: “narrar lo monstruoso en clave monstruosa no sería para mí una motivación. Me interesa el carácter normal que puede tener lo atroz. Que sea normal y atroz al mismo tiempo, porque lo monstruoso nos aterra pero a su vez nos tranquiliza: lo monstruoso nos queda lejos, no parece tocarnos en nada, nos interpela a distancia. Me interesa que algo perturbador pueda resultar perturbador en su absoluta normalidad”.

Les dejamos entonces “Fuera de lugar”, una novela que te capta, te hace transitar por temas densos pero con la agilidad de un policial, mientras permite reflexionar sobre ellos, a partir de las sutiles líneas que Kohan va tirando como al pasar. Si quieren complejizar la reflexión les agrego la sugerencia de ver “Manticora” (https://www.filmaffinity.com/ar/film766426.html) , una incómoda peli española de la cual no podemos decir nada sin spoilear.

Hasta la próxima!!!

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