Aún en medio de la euforia y los festejos por el Campeonato del mundo, ya algunos se preguntan acerca de dos situaciones que se dieron en la final que Argentina le ganó a Francia por penales de la Copa del Mundo Qatar 2022, y que quizás por los efluvios de la algarabía de la victoria pasaron desapercibidas en los medios argentinos.
El primero de los hechos se trató de los 7 cambios que realizó el equipo de Didier Deschamps, cuando se sabía que la posibilidad de realizar modificaciones eran 5 durante los 90 minutos, y una más, luego, en la prórroga.
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Sin embargo no fueron muchos los relatores, comentaristas y analistas que se detuvieron a contar la cantidad de cambios que realizó el equipo francés que, a la postre, fueron 7.
EL SÉPTIMO CAMBIO FUE LEGAL
Es que cuando Disasi entró al campo para relevar a Koundé al comienzo del segundo tiempo de la prórroga, solo algunos se percataron de que esa fue la séptima sustitución realizada por Francia durante el partido. Normalmente, las cuentas no cuadrarían por lo explicado anteriormente.
Sin embargo, para la Copa del Mundo, la FIFA decidió introducir la posibilidad de una sustitución adicional en caso de sospecha de conmoción cerebral.
El caso en cuestión es el de Adrien Rabiot, que se quedó en el suelo en el minuto 88 tras un duro choque aéreo con Julián Álvarez. El mediocampista internacional francés terminó el tiempo reglamentario y fue reemplazado por Fofana en el sexto minuto de la prórroga. Los gráficos de televisión, en el momento del cambio de Rabiot, señalaron rápidamente que se trataba de una “sustitución sospechosa de conmoción cerebral“, por lo que no se debe contar como modificación standard.
Pocos periodistas argentinos advirtieron que hubo 7 cambios por parte de Francia a pesar de que lo permitido eran a lo sumo 6 contando el tiempo de prórroga. La razón es que se autorizaron para este mundial sustituciones extra cuando hay riesgo de conmoción cerebral
Esta innovación ya estaba presente desde febrero del año pasado en la Premier League inglesa, que desde hace tiempo es sensible al tema de los traumatismos craneoencefálicos y las repercusiones en la salud de los futbolistas.
El experimento lo puso en marcha el Ifab en 2020 y fue bien acogido, con el fin de que una lesión de este tipo no penalice en exceso a los equipos y reduzca los riesgos para la salud de los jugadores. Sin embargo, la ventana en esa sustitución especial no se puede usar para hacer un cambio normal al mismo tiempo.
LA MANO “INVISIBLE” DE UPAMECANO
El otro hecho del que se está hablando este lunes surge a partir de un video que se viralizó horas después del triunfo argentino tras los penales. Muchos vieron que luego del córner realizado por Coman que derivó en un rebote en el brazo del lateral argentino Gonzalo Montiel, uno de los que saltó a cabecear previamente a esa acción fue el central francés Upamecano, y que lo hizo con el brazo derecho muy en alto. La pelota parece rebotar, efectivamente, en la mano del jugador.
Sucedió en la misma acción que provocó el último penal y el empate 3-3 de Francia a los 117 minutos de la gran final.
Pero todas las miradas y las cámaras de la TV hicieron foco únicamente en el brazo extendido de Gonzalo Montiel en el área grande, que fuera instantáneamente pitado como pena máxima por el árbitro polaco Szymon Marciniak.
Lo que hasta horas más tarde nadie advirtió, es que pocos segundos antes de ese rebote en el brazo del defensor argentino cubriéndose el rostro después del remate potente de Kylian Mbappé, hubo una clara mano de un futbolista de Francia que no fue cobrada ni revisada por el VAR.
La mano del defensor de Francia previa a la de Gonzalo Montiel en la misma jugada, si hubiera sido cobrada por el árbitro o el VAR, probablemente habría evitado llegar a penales
La polémica se desató horas después de los festejos de la Scaloneta, cuando se viralizó un video desde la tribuna del Estadio Lusail de un hincha que grabó la jugada del empate definitivo.
En las imágenes se observa que después del tiro de esquina de Kingsley Coman, la pelota llega a la zona del punto penal y golpea en el brazo de Dayot Upamecano en una postura infinitamente más antinatural que la posterior de Montiel.
De haberse cobrado no debería haber tenido que sufrir Argentina yendo a los penales.
Sí bien llama la atención que el periodismo argentino tampoco haya advertido la situación, quizás por los nervios del momento, extraña que los españoles (sobre todo de programas madrileños), tan afectos a hablar de conspiración de la FIFA para que Lionel Messi obtenga su título, tampoco hayan hecho hincapié en este verdadero robo sufrido por el seleccionado nacional.
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