Zverev, rival del platense Etcheverry y el problema con la insulina
A Alexander Zverev le diagnosticaron diabetes de tipo 1 cuando apenas tenía tres años de vida. Lleva conviviendo con la insulina desde su primera infancia. El tenista alemán, que será hoy rival del platense Tomás Martín Etcheverry en los cuartos de final de Roland Garros, se las tiene que ingeniar cada vez que compite en un grand slam como el circuito de tierra francés porque las reglas son diferentes al resto de las competiciones del máximo circuito tenístico mundial.
"En los torneos ATP es mucho más fácil, me inyecto la insulina en la cancha durante los descansos del partido, de manera natural, pero aquí no me está permitido hacerlo en la cancha, me dijeron que estoy obligado a abandonar la pista", fue la explicación que brindó el oriundo de Hamburgo, la ciudad del norte alemán, en su rueda de prensa previa al inicio de la competición.
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"Me pasó en mi partido de tercera ronda contra Frances Tiafoe, pero me dijeron que esto me contaría como un descanso para ir al baño. Obviamente, les respondí: ‘¡Vamos, chicos! Solo tengo dos descansos por partido para ir al baño, pero en un partido a cinco sets a veces tengo que inyectarme cuatro o cinco veces. Les dije que esto no podía ser así, que esa normativa no me permite gozar de algo básico y necesario para mi bienestar, para mi vida, fue como lo narró el tenista germano, rival este miércoles del argentino hincha de Gimnasia.
DIABETES, INSULINA Y ALTA COMPETENCIA
Alexander Zverev es actualmente número 27 del mundo, y se transformó en un referente de extrema importancia para los diabéticos que sueñan con progresar en cualquier deporte profesional de alto rendimiento.
El tenista que tiene toda la presión por enfrentar a un jugador de los denominados "sorpresa" a esta altura de Roland Garros, como es el bonaerense Etcheverry firmado deportivamente en la localidad pinamarense de Cariló, había agregado al respecto de su diabetes: "Durante la segunda ronda tuve un bajón, así que aproveché para salir e inyectarme. En ese momento entró un supervisor en la habitación que no sabía nada de esto, esa persona entró en pánico. "¡No puedes hacer eso!", gritó al verme. "Tiene que venir un médico a inyectarlo", añadió. Le dije que eso no puede ser, porque un médico, si no está especializado, no puede ayudarme si no tiene los datos correctos de cuánto me tengo que inyectar. Entonces se lo expliqué muy claro: "Tengo diabetes desde los tres años, sé exactamente lo que hacer". Sin embargo, él no lo entendió y me respondió que esto solo lo puede hacer un médico, así que tuvimos otra fuerte discusión", profundizó Zverev.
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