Lo que intenta es recrear la experiencia de ser argentino en un tablero. “Remando en dulce de leche” es un juego de mesa creado por dos cordobeses y una salteña, Pablo Demarchi, Licenciado en Publicidad y docente universitario; Cecilia Beltramino, Licenciada en Administración y emprendedora; y Antonio González, Ingeniero en Telecomunicaciones y Analista de Seguridad Nuclear.
Los tres estuvieron involucrados en todo el proceso de su gestación. Ellos decidieron plasmar en un tablero la realidad del país, con sus luces y sombras, sus oportunidades y dificultades, sus personajes y situaciones típicas.
“Es un juego que combina humor, ironía, estrategia y azar, y que te invita a ponerte en la piel de un ciudadano común que intenta progresar en la vida, mientras el entorno le pone obstáculos y le cambia las reglas de juego a cada rato“, explican.
Está pensado para 2 a 6 jugadores, que pueden elegir entre diferentes profesiones, como médico, abogado, ingeniero, docente, comerciante o artista.
EL JUEGO MÁS “ARGENTO” DE LA HISTORIA
Cada jugador tiene un objetivo personal, que puede ser comprar una casa, un auto, viajar al exterior, casarse, tener hijos, jubilarse o simplemente sobrevivir. Para lograrlo, debe estudiar, trabajar, ahorrar, invertir, pagar impuestos y tratar de no endeudarse.
Pero no todo depende de su esfuerzo y planificación, sino también de la suerte y de los contactos que tenga.
El tablero representa un mapa de Argentina, dividido en 6 regiones: Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Mendoza, Patagonia y Norte. Cada región tiene sus propias características, ventajas y desventajas, que afectan el desarrollo de los jugadores.
Por ejemplo, en Buenos Aires hay más oportunidades de trabajo, pero también más inflación y más impuestos; en Patagonia hay más recursos naturales, pero también más frío y más distancia; en el Norte hay más cultura y tradición, pero también más pobreza y corrupción. Se desarrolla por turnos, en los que los jugadores deben tirar un dado y avanzar por el tablero, siguiendo las indicaciones de las casillas en las que caen.
Algunas casillas son neutras, otras son beneficiosas y otras son perjudiciales. Además, hay casillas especiales que activan eventos aleatorios, que pueden ser positivos o negativos, y que representan situaciones típicas de la vida argentina, como hiperinflación, desempleo, impuestazo, crisis económica, social o política, protesta, paro, piquete, saqueo, corralito, default, devaluación, cepo, fuga de capitales, etc.
Estos eventos afectan a todos los jugadores, y pueden cambiar radicalmente el curso del juego. Además de los eventos, los jugadores se van a cruzar con diferentes personajes, que pueden ayudarlos o perjudicarlos, según su afinidad o conveniencia. Estos personajes son estereotipos de la sociedad argentina, como el corrupto, el puntero, el pibechorro, el empresaurio, el hippie con prepaga, el político, el sindicalista, el periodista, el famoso, el deportista, el intelectual, el extranjero, el jubilado, el estudiante, el turista, el vecino, el amigo, el familiar, etc.
Cada personaje tiene una carta con su descripción, su nivel de influencia y su efecto en el juego, que termina cuando uno de los jugadores logra su objetivo personal, o cuando se acaba el tiempo establecido.
El ganador no es el que más tiene, sino el que menos pierde. Pero, eso sí, el juego debe tomarse con mucho humor, y busca generar risas, reflexiones y debates entre los jugadores, que pueden compartir sus experiencias, opiniones y anécdotas sobre la realidad argentina.
Pablo Demarchi dijo acerca de su “Remando en dulce de leche”: “Quienes lo jugaron nos cuentan que se rieron mucho, les pareció muy divertido. Por supuesto, no a todo el mundo le gusta ese tipo de humor, el juego es bastante ácido, apela mucho a la ironía y hay algunas personas a las que no les gusta. Pero las críticas fueron muy pocas, casi todos los comentarios que recibimos son positivos“.
Remando en dulce de leche es un juego de mesa que refleja la realidad argentina, pero que también la cuestiona, la critica y la celebra.
Si bien hace sentir argentino a quien lo juega, también obliga a ‘pensar como argentino.
Además divierte, pero desafía.
Es un juego que hace “remar en dulce de leche”, pero que también permite disfrutar de ese dulce de leche.