En la madrugada del sábado 18 de enero un grupo de rugbiers mataron a golpes a Fernando Báez Sosa en la puerta del boliche Le Brique, en Villa Gesell. Esa noche, en el boliche geselino, tocaba el cantante de trap, Neo Pistea.
Su nombre real es Sebastián Chinellato, nació el 5 de octubre de 1994 y fue criado en Merlo, Buenos Aires. Cuando su mamá empezó a trabajar en un ciber, se bajó toda la música que pudo con el programa Ares.
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Desde entonces, produjo decenas de temas. Empezó con programas de grabación que le instaló un conocido en la netbook de Conectar Igualdad que le habían dado en la secundaria. Y así se convirtió en un referente ineludible en el mundo del trap.
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En Alguien me dijo, el psicólogo Alexis Alderete analizó cómo la exposición constante a la tecnología está modificando los vínculos familiares. Ansiedad, fobia social, falta de comunicación y nuevas formas de crianza marcan el pulso de una generación que crece hiperconectada, pero emocionalmente sola.
Su tema “Tumbando el club” que realizó en 2016 y remixo con figuras del trap en 2018, es uno de los que mayor éxito obtuvo en los últimos años.
También participó del Lollapalooza 2019. Desde el escenario, Duki le dijo al público: “Allá por 2014, este enfermo se grababa, se producía solo y hacía trap antes que nadie”. El cantante participó del Buenos Aires Trap Festival e hizo una gira por España, además de sus innumerables presentaciones en discotecas.
Hace algunos días el cantante decidió borrar todas sus publicaciones de Instagram y poner en su perfil una foto con el listón negro en señal de luto. Si bien luego del asesinato de Fernando, Neo no se expresó públicamente, con esta decisión expresa su repudio al asesinato que ocurrió la misma noche en donde realizó su show en Villa Gesell.
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