

En el marco de la semana del parto respetado, INFOCIELO habló en exclusivo con Juan Ignacio, un varón trans gestante.
Juan Ignacio Aguilar (37) está embarazado. Sus amigues lo llaman Lalo, es un varón trans platense que decidió gestar y actualmente espera a su primer bebé.
Del 17 al 23 de mayo es la semana del Parto Respetado en nuestro país. La jornada recuerda la importancia de considerar a la persona gestante y al bebé como protagonistas del momento del nacimiento. Resalta el derecho al trato digno y humanizado y a la posibilidad de decidir las circunstancias y la forma de parir.
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La historia de Lalo, que hace unos meses comenzó a ser también la de su bebé Ayun, es sobre la rueda del deseo. Desde la búsqueda de su identidad, la decisión de convertirse en papá gestante y el acompañamiento en el parto respetado por parte del personal del Hospital San Roque de Gonnet.
Según su relato, darse cuenta que es un chico trans comenzó como una sensación en la infancia. “No hubo acción en ese momento, porque no es que yo me pude mover y pude buscar mi identidad en esa etapa. No me sentía ni representado ni cómodo con la feminidad, con ser mujer, con mi nombre y con mi rol. Y eso fue al principio en la primaria”, contó a Infocielo.
Algo le hacía ruido en ese nombre femenino con el que lo llamaban, se sentía disgustado, despersonalizado. Durante su niñez y adolescencia respondió “a eso que se esperaba que sea”, hasta que lo movilizó el deseo.
El deseo fue una chica que le movió el piso en la adolescencia. “Me enamoré de una amiga y al principio todo parecía imposible porque yo no conocía a ninguna persona que no fuera heterosexual”, explicó. Parecía una fantasía imposible de concretar, hasta que un día, “con algo de alcohol”, lo confesó. Y se le dio.
Dos años duró el vínculo. “Sucedió que pudimos estar juntos y fue una locura. Al principio fue caótico y después tomó sentido y se volvió algo hermoso”, explicó y agregó que desde ese momento no paró.
Sin ley de Identidad de género, en una Argentina que aún no reconocía muchos derechos para las personas de la comunidad LGTBIQ, la posibilidad de nombrarse trans aún era lejana. Sin embargo, desde ese momento comenzó a conocer “gente del palo”, personas que también se encontraban “no cómodes” con lo que la sociedad decía tenían que ser. “Empecé a volar, volar bien”, resaltó.
Ayun significa amor en mapudungun, la lengua mapuche. Lalo cuenta que lo eligió hace poco tiempo por varios motivos. A diferencia del español, en esta lengua los nombres no tienen género, pero sí significados profundos. El amor es un componente esencial en la decisión de paternar.
Paternidad deseada: Una de las cosas que resalta es que el deseo -esta vez deseo de paternar- se le presentó hace mucho tiempo, solo que a veces es difícil leerlo. “Yo me di cuenta también que soñé siempre con ser padre, porque no soñaba con ser madre, sino que tenía una empatía y un amor por los padres y buscaba parejas que sean madres”.
Imaginarse gestando implicó un poco más de tiempo. Según resalta, al ser un chico trans una de las primeras ideas que se le presentaron fue la de “sacarse todo”, en referencia a la posibilidad de una intervención quirúrgica. “Ahí me puse a pensar, esto lo hago porque quiero o porque es lo que la sociedad espera de mí. Si yo me estoy autopercibiendo de esta manera con eso debería alcanzar”, resaltó.
Con la idea de gestar sucedió algo similar, “al verme tan extraño dije ‘es una panza y es parte de lo que va a traer a mi hijo al mundo, lo que va a cumplir mi sueño no puede ser más fuerte’, pero igual era muy fuerte pensándolo a nivel social” .
“Hasta que un día me desnudé frente a un espejo y me dije ‘este es el cuerpo que tengo’”, recordó.
En la Argentina, existe la Ley 25.929 sancionada y promulgada en 2004 que se reglamentó en 2015. Es comúnmente conocida como Ley de Parto Respetado o Humanizado, donde se establecen los derechos de personas gestantes y recién nacidos al momento del pre-parto, trabajo de parto, parto y post parto.
En este caso, el proceso de gestación y planificación del parto fue amable para Juan Ignacio. Resalta que tuvo mucho acompañamiento por parte del personal del Hospital al que empezó a concurrir al confirmar el embarazo.
Si bien el equipo que se hizo cargo tiene formación en género, Lalo es el primer varón trans que acompañan y sospechan que es el primer varón trans gestante de la región. ”La médica me dijo que le interesaba tener trato conmigo fuera del ámbito hospitalario porque sentía que podía aprender mucho. Solamente tenía un seminario de género y me dijo que conmigo se volvía a la casa movilizada. Con todo el personal es así”.
Inclusive en la institución se respetó su deseo de una cesárea para dar a luz. “Qué vamos a hacer con el tema del parto”, fue la pregunta que recibió por parte de la psiquiatra que lo acompaña, receptiva ante la inquietud de Lalo.
“La idea del parto me afectaba solo de pensarlo, de una manera muy fea. Ella -la psiquiatra- se ofreció a hablar con el resto del grupo y al otro día me mandó un mensaje diciendo que teníamos la cesárea, que me quedé tranquilo. Después de puntitos suspensivos me escribió ‘parto respetado’” resaltó.
El embarazo lleva ocho meses y dos semanas y Ayun está por alcanzar los 3 kilos, según los últimos estudios. Para llegar al parto respetado Lalo, en conjunto con el equipo interdisciplinar, están planificando la fecha de la cesárea. Esto respeta la salud y el deseo de la persona gestante y el bienestar del bebé.
Si bien no le gusta la idea de ser un referente, Lalo considera que un buen consejo para otras personas es que, si existen ganas “no se lo pierdan”. “No victimizarse, correrse de esos lugares, deshacerse totalmente de la estructura social, que es lo que más choca, lo que más lo que más miedo da”.
“Uno puede deshacerse de la traba de afuera a partir de sacarse la traba de uno. Voy a decir que jamás experimenté una sensación de fuerza, de fortaleza y de convicción como la tengo hoy”, concluyó.
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