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Muerte súbita: a quiénes afecta y la importancia de practicar RCP en los primeros tres minutos

Un hombre de 35 años falleció el último lunes en un gimnasio de La Plata y volvió a poner la problemática en debate. Quiénes pueden padecerla y de qué forma se debe actuar.

Luego de conocerse el fallecimiento por muerte súbita de un hombre de 35 años que practicaba actividad física en el gimnasio Los Naranjos de la ciudad de La Plata, la problemática volvió a quedar en el centro del debate.

Según describen desde el área de Salud del Gobierno nacional, una muerte es súbita cuando es natural (no es provocada por un accidente), inesperada (no era esperable que el paciente muriera) y rápida (desde que comienza el cuadro hasta que se desencadena la muerte transcurre alrededor de una hora).

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De acuerdo a la Fundación Cardiológica Argentina, se producen cerca de 40 mil decesos de este tipo en el país y el 70 por ciento fuera de los hospitales: en el hogar, el lugar de trabajo, clubes, campos de juego, espacios públicos e incluso la calle.

“Esta situación ubica a la comunidad no-médica en la primera encargada de atender un episodio de esta naturaleza”, advierten desde la institución. Y aclaran: “Puede ocurrir a cualquier edad y puede estar relacionada o no con una actividad física o deportiva”.

En este marco, reclaman a las autoridades la reglamentación de la ley nacional 27.159 sancionada en 2015, que exige la instalación de desfibriladores externos automáticos (DEA) en los espacios públicos y privados de acceso público “de manera tal que una persona que sufra un paro cardíaco súbito reciba el tratamiento adecuado, es decir la desfibrilación”.

A su vez, la norma establece que “ninguna persona interviniente que haya obrado de acuerdo con las disposiciones de la presente ley, está sujeta a responsabilidad civil, penal, ni administrativas derivadas del cumplimiento de la misma”, lo que despeja cualquier temor que pueda surgir a la hora de practicar reanimación cardiopulmonar (RCP) a una víctima de paro cardíaco.

“Aún hoy no muchos saben que la única forma científicamente establecida de salvar una vida luego de un episodio de muerte súbita es aplicando en forma rápida y eficaz maniobras de RCP y desfibrilación ”, sostiene el doctor Jorge Tartaglione, presidente de la Fundación.

Utilizar estas técnicas dentro de los tres primeros minutos de ocurrido el evento aumenta en un 79 por ciento las posibilidades de que el paciente llegue con vida a un hospital. Además, por cada minuto que se demora la aplicación de estas medidas, se reducen en 10% las posibilidades de mantenerlo con vida.

Si bien muchos de los casos están determinados por mutaciones genéticas difíciles de detectar de forma previa, otros pueden prevenirse a través de estudios que revelen afecciones cardíacas o coronarias subyacentes. En personas que practican deportes competitivos, expertos de la Sociedad Argentina de Cardiología recomiendan chequeos previos para corroboar el estado de salud del deportista.

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