No es la primera vez que por este hábito, bastante común, suceden complicaciones de salud y la mayoría están relacionadas con derrames cerebrales.
En esta oportunidad, Hader contó al sitio KOCO News, “Luego de sonarme el cuello, todo en mi lado izquierdo comenzó a entumecerse”.
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Según el medio, al mover su cuello de manera abrupta se rompió la arteria. “Me levanté e intenté sacar una bolsa de hielo de la nevera, y recuerdo que no podía caminar en línea recta”.
“Podría haber muerto”, dijo Vance McCollom, médico del Mercy Hospital, en referencia a la suerte que tuvo el joven.
Al sonar su cuello, un músculo unido a su ojo se debilitó porque el nervio se lesionó. En el momento Hader comenzó a tener una visión borrosa y doble, y tuvo que usar un parche en el ojo durante varios días.
Además, el joven necesitó usar un andador durante unos días, y todavía tiene algunas secuelas para caminar. Además, tuvo fuertes dolores durante una semana y media.
“Si quieres sonar el cuello, hacelo de un lado a otro. No lo tuerzas”, explicó McCollom.
“Cada vez que lo girás, existe el riesgo de que se rompa esa zona… Sospecho que simplemente la giré de forma muy aguda, hacia arriba, hacia arriba y hacia atrás. Eso es lo que realmente generó el desgarro”, explicó el joven que se está recuperando de manera lenta.
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