Cuando uno nace en una tierra en donde siempre se consumió un determinado producto suele creer que esa costumbre es internacional. Recién al viajar por el mundo se descubre que sólo en su propio país es tan popular. Eso sucede con el sandwich de miga.
Alguien en Twitter preguntó por que semejante variante gastronómica sencilla, exquisita y exitosa en Argentina, desde hace varias décadas, no existe como costumbre, tal como se la conoce en nuestra tierra, en otras latitudes como Estados Unidos, casi toda Europa, Asia o Australia, como un producto comestible masivo
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Y la respuesta no es tan sencilla de descubrir. En principio es sólo porque a ninguno de los argentinos emigrados (cuyas historias son tan afectas últimamente a ser contadas por los grandes medios nacionales) decidió emprender haciendo “punta” con esta modalidad tan esparcida en el Río de la Plata, y “hacerse millonario” en el “primer mundo” para al menos ser entrevistado por Clarín, La Nación o Infobae como uno de los argentinos que “se fueron y les va bárbaro”…O quizás alguien lo está intentando en algún rincón del planeta… y todavía no prendió lo suficiente como para merecer un artículo que abone la teoría de la emigración masiva.
EL SANDWICH DE MIGA… ¿ES UN INVENTO ARGENTINO?
La respuesta es no.
De origen en la ciudad italiana de Turín o “Torino”, en realidad este producto es argentino “por adopción”.
Ninguna relación tiene el nacimiento del sándwich de miga criollo con la “bocata” o bocadillo español.
El antecedente directo son los “tramezzini” que se elaboran en el norte de Italia y que la inmigración de esas tierras trajo a mediados del siglo 20 a la Argentina.
Este sandwich fue inventado en 1925 en Turín, más precisamente en el Café Mulassano, que ofrecía 40 variedades. El término “tramezzino” fue creación del poeta, dramaturgo y político Gabriele D’Annunzio con el objeto de reemplazar el término en inglés.
Sin embargo, en el resto de Italia el tramezzino no es popular como aquí y tampoco está tan extendido su consumo.
Además su formato es triangular, las combinaciones de sus ingredientes más habituales y populares son diferentes, con un toque más suntuoso, refinado y caro.
Por ejemplo, son tradicionales el tramezzino de salmón y lechuga, de atún y alcauciles, de lechuga y langostinos, aunque también elaboran la versión “primavera”, que sería la más parecida al producto autóctono argentino.
Tampoco existe la variante “tostado” para el de jamón y queso sin agregado de verduras.
LA EVOLUCIÓN EN LAS ÚLTIMAS DÉCADAS
Quiénes peinan canas (o no tienen ya mucho que peinar), recuerdan que hasta hace pocas décadas el sandwich de miga era un producto casi exclusivo de eventos y fiestas sociales. Pocas confiterías lo realizaban y a precios generalmente muy elevados.
Con los años nacieron casas especializadas sólo en este producto, y sus valores lo hicieron más accesibles y equiparable al de empanadas u otros productos de consumo masivo y popular.
Sin embargo al cruzar la fronteras (salvo en el Uruguay), es un milagro encontrarlos.
Lo más parecido que se puede observar son sandwiches hechos con el pan que aquí denominamos “lactal”, sin la cascara, y cortados en triángulos, que poco y nada se asemejan a nuestros tradicionales sandwichs fabricados con esa fina capa de miga que originalmente viene en una enorme plancha y que en las fábricas o confiterías lo cortan en tamaños grandes y formato rectangular.
La crónica gastronómica dice que en algunas regiones argentinas se lo denomina “rafaelito”, aunque en la Provincia de Buenos Aires esa nomenclatura es absolutamente desconocida. En Uruguay solo se le dice sandwich de confiteria o “sandwich”, a secas, ya que al común allí le dicen “refuerzo”.
COMO SE ELABORA EL PRODUCTO “SANDWICH DE MIGA”
Para su fabricación se usa el pan de miga, que es un pan bastante compactado y al mismo tiempo bastante flexible.
Es un bloque casi cúbico de masa leudada horneada durante 2 horas que se deja reposar un día completo.
Cuando la horma se descascara, se corta en rebanadas sin su corteza. Luego se las corta en rectángulos de aproximadamente 1 centímetro de espesor, 14 centímetros de longitud y ocho centímetros de ancho.
Un sandwich de miga de los llamados “simple” tiene dos tapas entre las cuales se pone 1 ingrediente. En cambio el sandwich de miga triple tiene una rebanada central que produce dos espacios separados en los cuales se emparedan distintos ingredientes. Se lo llama triple por las 3 tapas de pan que lo conforman, pero lleva sólo dos ingredientes, sin contar la mayonesa con la que se unta finamente oara brindarle untuosidad.
La clave para su conservación en heladera es cubrirlo con un paño (repasador de acuerdo al lenguaje popular argentino) que esté algo húmedo, pero no demasiado, para conservar la frescura del producto.
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