Recostada frente al mar, la ciudad de Miramar esconde uno de los secretos mejor guardados de la provincia de Buenos Aires: el Bosque Energético. Se trata de una pequeña porción del inmenso Vivero Dunícola Florentino Ameghino, un parque forestal de más de 500 hectáreas que fue creado en 1923 para fijar los médanos y proteger la zona costera.
El vivero abarca una franja de 8 kilómetros de largo por 1,5 de ancho, con especies autóctonas y exóticas que conforman un entorno ideal para caminatas, cabalgatas, bicicleteadas o simplemente para pasar el día al aire libre. Dentro de este ecosistema, hay una zona particular de unas 3 a 5 hectáreas que se ha ganado fama por su extraña energía, sus relatos sobrenaturales y su atmósfera fuera de lo común: el llamado Bosque Encancato o Energético.
La forestación del lugar comenzó en 1924 con pinos mediterráneos (Pinus pinea), seleccionados por su resistencia a suelos arenosos y su capacidad de entrelazar raíces para sostener el terreno. Además del pino piñonero, en el Bosque Vivero hay al menos cinco especies más: tumbergii, eliotis, saligna, marítimo y otras.
El objetivo inicial era puramente práctico: evitar que la arena del mar invadiera la ciudad. Pero con el paso del tiempo, el espacio fue ganando valor ambiental, recreativo y hasta místico. Hoy cuenta con fogones, un museo paleontológico, una capilla y senderos interpretativos, además del enigmático bosque.
OVNIS, ramas en equilibrio y otras leyendas
Lo que distingue al Bosque Energético es la cantidad de historias que lo rodean. Allí, los visitantes aseguran poder colocar ramitas, una sobre otra, en forma de “T” y lograr un equilibrio insólito, casi antigravitatorio. El experimento, aunque sencillo, se ha vuelto un ritual para quienes buscan experimentar la energía del lugar.
Claramanete, este tipo de experiencias atraen no sólo a turistas curiosos, sino también a investigadores y estudiosos. Hay quienes afirman que en la zona se perciben campos energéticos especiales, otros aseguran haber visto ovnis o experimentado alteraciones en la percepción del tiempo.
Las leyendas no terminan allí. Algunas versiones sostienen que el bosque es un “chakra visible” del planeta Tierra, un punto energético alineado con la teoría de Gaia. Otros relatos aluden a la existencia de un antiguo cementerio de pueblos originarios o a seres invisibles que habitan entre los árboles. Incluso se habla de un portal interdimensional que conecta este rincón del mundo con civilizaciones superiores.
No faltan menciones a gnomos, hadas y espectros que, según testigos, se dejan ver entre las sombras o se hacen sentir en la quietud del bosque. Algunas cámaras fotográficas han registrado luces extrañas, y no son pocos los que aseguran haber sentido una presencia inexplicable.
En los años 80′, el doctor Livio Vinardi, físico e investigador de fenómenos bioenergéticos, realizó mediciones en la zona y detectó niveles altos de lo que él definía como “prana” o energía vital. Con aparatos diseñados por él mismo, registró lo que interpretó como una concentración poco común de energía beneficiosa para el cuerpo humano.
Otra curiosidad es que en 1998 un estudio publicado en la revista Science por científicos del Conicet y Estados Unidos confirmó que hace unos 3,5 millones de años cayó un meteorito en una zona cercana (Las Brusquitas), lo que alimentó aún más los mitos sobre el origen inusual de este paisaje.
Como en todo bosque mágico que se precie, también hay quienes aseguran haber sentido presencias, haber visto figuras pequeñas moverse entre los árboles o haber captado luces inexplicables con sus cámaras. Las historias de duendes, hadas y espectros completan el imaginario que envuelve al lugar y lo convierte en un clásico del turismo de misterio.
Qué hacer en el Bosque Energético y cómo llegar
El predio se encuentra dentro del Vivero Dunícola Florentino Ameghino, a 4 km del centro de Miramar y a unos 50 km de Mar del Plata, sobre la Ruta Provincial 11.
Se puede llegar en auto o en bicicleta, y el acceso es gratuito. Hay senderos para caminatas, bancos para descansar y zonas destinadas a la meditación o al yoga. Algunos aprovechan para hacer picnic, otros simplemente caminan en silencio buscando “recargar energía”.
El lugar también es elegido para la observación de aves y flora autóctona. Entre las especies más comunes se destacan los eucaliptos, los álamos y pinos, y entre la fauna, diversas aves migratorias, pequeños mamíferos y reptiles.
Quienes lo visitan aseguran que más allá de las creencias, el bosque tiene una atmósfera especial. Y que, al menos por un rato, vale la pena entregarse a su misterio.
Naturaleza, ciencia, mitología y energía se funden en un rincón único de la costa bonaerense. Ya sea por curiosidad o por necesidad de conexión interior, el Bosque Energético de Miramar ofrece una experiencia distinta, donde cada paso invita a creer un poco más.