Conmovedor: le ganó a la Leucemia riendo y ahora cuenta su historia en un libro

“Soy un sobreviviente, así lo siento y quiero dar un mensaje. Quiero dar la cara por esto”. Las palabras son de Tobías Catuogno, un joven de 21 años que tuvo Leucemia, una enfermedad que lo dejó internado más de dos años en el Hospital de Niños de La Plata y que hoy lo tiene como el mensajero de la esperanza. La asumió, la afrontó, le sonrió y le ganó.

El chico oriundo de Nueve de Julio es un ejemplo de superación. Está convencido que con humor y riendo, el optimismo crece y la enfermedad se cura. En diálogo con Juan Rubinacci en “No Te Des Vuelta”, reconoció que no todo fue alegría, sino que tuvo sus recaídas. Contó una anécdota estremecedora: “En la sala de espera había una nena de tres años a la que yo le cantaba, ella se reía. Esa semana me enteré que falleció. Cuando llegué a casa me estaba bañando y tenía frio, mucho frío. Salí del baño y lloraba, tenia frío. La llamé a mi mamá y me pusieron toallas y frazadas. Creo que eso fue el miedo. Había perdido a esa nena que hacía días atrás me sonreía porque le cantaba. Fue una caída que sentí mucho”.

Tobías recordó que luego de ese momento sentía que no podía, necesitaba mucha fuerza: “´Quiero a mis amigos, que me abracen porque no puedo´, decía”. Después pasaron unos días y volví a estar bien arriba”. De ahí en más la historia fue otra. El joven encontró el antídoto: había que reirse. “La risa cura, eso en el libro se repite mucho. Es hermoso y contagioso”. En este punto se detuvo y contó que cuando sufría dolores en sus articulaciones recurría a eso: “Mi mejor amigo se quedaba en casa. Me empezaba a reir cuando me dolía y nos reíamos los dos juntos. Eso opacaba todo. Era muy loco”, reconoció.

Una vez superada la enfermedad, Tobías decidió dejar un mensaje. Quería escribir un libro para ayudar y que todos supieran que hasta lo más grave puede curarse: “Me anotaba todo en un cuaderno, todo lo que me pasaba. Hice un cuento que se llamó ´La vida es un regalo´. Yo quería hacer un libro y Regina Fernández, que es la asistente de mi doctora me lo propuso, yo le decía que era una locura”, señaló.

“En 2015 me operaron y me dieron el alta definitiva. Le dije a Regi si seguía en pie lo del libro y empezamos. Se lanzo la campaña. Pensaba que era una locura. Por cómo contagiaba mi alegría, es el día de hoy que se lo agradezco porque tenia razón”, finalizó Tobías. Un ejemplo de vida. Una historia que merecía quedar escrita para siempre.

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