El médico personal del papa Francisco, Sergio Alfieri, reveló cómo transcurrieron las últimas horas de vida de Jorge Bergoglio en el Vaticano. El testimonio, difundido por medios italianos, confirma que fue el propio pontífice quien, tiempo atrás, había expresado con claridad su voluntad de no ser sometido a procedimientos invasivos ni a una nueva internación.
Alfieri fue convocado a las 5:30 de la mañana por el secretario personal del Papa, Massimiliano Strappetti, a quien Francisco consideraba como un hijo. Apenas llegó a la residencia de Santa Marta, comprendió que no había margen de acción médica. “Entré en su habitación y tenía los ojos abiertos. Noté que no tenía problemas respiratorios, así que intenté llamarlo, pero no respondió. Tampoco respondió a los estímulos, ni siquiera a los dolorosos. En ese momento comprendí que no había nada más que hacer. Estaba en coma”, relató Alfieri.
El médico contó que evaluaron una posible hospitalización, pero la descartaron de inmediato. “Corríamos el riesgo de que muriera en el traslado, la hospitalización habría sido inútil. Massimiliano Strappetti sabía que el Papa quería morir en casa, siempre lo decía cuando estábamos en el Gemelli”, expresó. Finalmente, el fallecimiento fue constatado a las 7:35 de la mañana, dos horas después de la primera llamada.
Asimismo, Alfiere brindó detalles del derrame cerebral: “Fue uno de esos infartos que te llevan en una hora, quizá se inició un émbolo y ocluyó un vaso sanguíneo del cerebro. Quizá hubo una hemorragia. Son sucesos que le pueden ocurrir a cualquiera, pero los ancianos corren más riesgo, sobre todo si se mueven poco”.
La despedida en San Pedro
Durante el primer día de puertas abiertas en la Basílica de San Pedro estaba programado que cerraran a la medianoche, sin embargo, se mantuvo habilitada hasta las 5:30 de la mañana por la llegada incesante de fieles. Según informó la sala de prensa del Vaticano, hasta las 11 ya habían pasado más de 50.000 personas a despedir al Papa.
Se prevé que durante este jueves ocurra lo mismo y que nuevamente se extienda el horario hasta la madrugada, dada la inmensa cantidad de personas que quieren dar su último adios a Francisco y que soportan hasta 4 horas de cola. Mañana, viernes, será el último día de visitas y el sábado por la mañana tendrá lugar el funeral, con la participación de delegaciones de 170 países. Las autoridades esperan una masiva concurrencia a la ceremonia.