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Hantavirus: los alcances de la enfermedad y las medidas para evitar el contagio que recomienda la UNLP

Desde la Facultad de Ciencias Exactas de la casa de estudios platense difundieron una serie de consejos para prevenir los efectos del virus y explicaron las diferencias entre los distintos genotipos que circulan en el país.

A raíz de los casos de hantavirus que mantienen en vilo a varias provincias argentinas, desde la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) difundieron cuáles son los verdaderos alcances del virus y aportaron recomendaciones para evitar el contagio.

"El hanta es un virus endémico en nuestro país, esto significa que circula en nuestra región desde hace muchos años, inclusive con casos fatales. Desde la estadística se llaman esporádicos por la frecuencia con que aparecen”, explicó la bioquímica Rosana Toro, docente de la cátedra de Virología Clínica y coordinadora del Centro de Testeo de HIV de la unidad académica.

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“Por lo tanto, los casos que aparecieron en la provincia de Buenos Aires y en el norte del país no están relacionados con el brote que se produjo en la ciudad de Epuyén", agregó.

En Argentina son dos las especies de virus hanta -Andes y Laguna Negra- y al menos diez los genotipos virales, ocho de ellos asociados al síndrome cardiopulmonar por hantavirus: Andes sur, Andes lechiguanas, Andes Buenos Aires, Andes Central Plata, Andes Orán, Andes Bermejo, Andes Juquitiba y Laguna Negra.

El Andes sur puede transmitirse de persona a persona, además de la forma habitual de contagio a través de la orina, las heces o las mordeduras de roedores.  Esta característica pudo evidenciarse luego de un brote que tuvo lugar en 1996 en El Bolsón.

En la provincia de Buenos Aires, el Norte y la Mesopotamia circula un virus con un genotipo diferente, y no se conocen casos de transmisión entre humanos.

Prevenir lo que no se puede curar

No existe vacuna, cura, ni tratamiento específico para enfrentar el hantavirus. “Lo único que se puede hacer es aplicar medidas de sostén del paciente mientras el virus hace su evolución, por eso es fundamental la prevención para evitar el contagio”, sostienen desde la UNLP.

En este sentido, Toro destacó la importancia de mantener los espacios linderos a las viviendas limpios, sin basura ni pastos altos. "La población puede tener contacto con los roedores sin darse cuenta, tal vez cortando el pasto o desmalezando, por eso una de las medidas de prevención es hacer esta actividad con barbijo o pañuelos que impidan aspirar el virus”, manifestó la especialista.

Y agregó: “ Otro lugar común de contagio es al ingresar al galpones o espacios cerrados, muchas veces con el objetivo de realizar una limpieza. En estos casos se recomienda abrir munidos de barbijo o pañuelo húmedo, dejar ventilar por media hora y utilizar lavandina diluida en una parte en nueve de agua, para limpiar el lugar".

Por otra parte, explicó que en caso de encontrar un roedor no hay que intentar agarrarlo. Si se presume su presencia, deben colocarse trampas o veneno y, de hallar uno muerto, manipularlo con guantes y barbijo, rociarlo con lavandina, esperar 30 minutos y enterrarlo a 30 centímetros de profundidad o quemarlo.

“Quienes decidan acampar, deben buscar en zonas desmalezadas, no dormir sobre el suelo y  no dejar basura en la zona”, agregó Rosana, quien además se lamentó de que “desgraciadamente, en salud se trabaja tras las noticias”.

Para finalizar, desde la Facultad aclararon que el sistema de Salud está preparado para reaccionar frente a estos casos y derivar a los laboratorios especializados las muestras sospechosas.

“Por eso es importante que si se evidencian síntomas como fiebre, gripe, dolor de cabeza, náuseas, decaimiento, dolores musculares y/o diarrea, se realice la consulta médica. Y hay que tener en cuenta que estos síntomas pueden aparecer hasta cuatro semanas posteriores a infectarse con el virus”, culminaron.

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