ROCK EN BARADERO: mirá las mejores fotos que dejó el DÍA 2
Rock en Baradero dejó en claro que es un ritual bonaerense que no para de crecer: sesenta bandas, cuatro escenarios y más de veinte mil personas fueron algunas de las cifras de la octava temporada del festival.
Rock en Baradero es el encuentro de rock más grande de la Provincia de Buenos Aires. Con una convocatoria récord que agotó la octava edición del festival que celebra y reivindica los clásicos del rock y selecciona a las bandas que representan los sonidos que vendrán en una sinfonía perfecta de riff electrizantes y estribillos sin fin. El epicentro de esta ceremonia fue nuevamente en el Anfiteatro Municipal de esta localidad, bajo la arboleda de la calle San Martin y que por primera vez tomó el entorno del Parque Sarmiento hasta la costanera.
Llegaba el fin de semana largo de pascuas en Argentina y miles de personas se movilizaban desde distintos puntos del país hacia la ciudad de Baradero. Ubicada en la provincia de Buenos Aires, a la orilla occidental del río Baradero, afluente secundario del Paraná. Como suele pasar en estos eventos multitudinarios, los vecinos se preparan para recibir a todos los turistas sedientos de rock que, año tras año, elijen a este festival porque saben que no falla. Una suave brisa movía las ramas de las tipas y las flores violáceas de los jacarandá y la temperatura siempre rozó la perfección. Las remeras de distintas ediciones del festival circularon por las calles. Había olor al asadito de los campings, de las quintas, de las casas que los baradeenses abrían a los miles de fieles.
Algo evidente fue el cruce de generaciones que se encuentran en la octava entrega de uno de los encuentros de música más esperados de la agenda del país. Caravanas de autos, familias, amigos, acampe, pogo, trapos, los mismos de siempre y un montón de gente nueva que no se lo quiso perder.
SÁBADO 8
DÍA 2
Pasado el mediodía la banda local Mono Loco abrió el Escenario ESTE y el día continuó con diversas voces de la escena emergente: Antonia Navarro, Uma y Manu Martínez. A las 15.50, pisa por primera vez el evento la banda platense Delirio. Con Santiago Fernández a la cabeza. Lo disfrutaron como un reconocimiento a tantos años dedicados al rock más under de la ciudad de las diagonales.
Luego Coverheads, la banda liderada por Germán Tripel y Carucha Podestá aportó la fuerza de su potente rock al escenario OESTE y dio paso a Jóvenes Pordioseros, una de las emblemáticas bandas nacidas en los tempranos noventa. Toti Iglesias, su líder, salió al escenario envuelto en la bandera argentina y fue su capa durante todo el show. Iglesias, es uno de los personajes más queridos del rock nacional, por su forma de dirigirse a los fans y a sus propios compañeros: en medio del show, comenzó a saludar a todos sus músicos, incluida la fotógrafa oficial, con un beso y abrazo sentido. También se la pasó nombrando, entre tema y tema, a cada una de las provincias y ciudades que visitan y ve reflejadas en los trapos del público: “prefiero hacer una canción menos, pero nombrarlos a todos”, dispara Toti.
Hicieron un recorrido hermoso de sus temas que ya forman parte del imaginario colectivo de nuestro rock, pero además, tocaron dos covers definitivos: “Espadas y serpientes”, de Attaque 77 e “Intoxicado”, de Viejas Locas: “Vivan las bandas, somos todos amigos”, dijo Toti después de interpretar “No me arrepiento”, para despedirse del Rock en Baradero con “Cuando me muera”.
Otra agrupación fundada por aquellos años en Rosario y que tira melodías entre banderas es Cielo Razzo. Arrancaron a las 17.40 con “Ventana” y, luego de la segunda canción, su cantante Pablo Pino desliza un mensaje verdaderamente importante para los tiempos que corren: “mañana se juega el clásico rosarino, estemos tranquilos y que todo salga bien”. Minutos más tarde, “Luna” hace explotar todo. Siguió Pier, que tuvo a Juanse como invitado de lujo y la tarde “stone” ya estaba dándolo todo.
También hubo lugar para el pop y el indie, con las actuaciones de Paula Trama, Cata Raybaud y, más tarde, de la artista platense del momento: Carmen Sánchez Viamonte. La poderosa pisada de Eruca Sativa, otro nombre más que recurrente en las distintas ediciones del festival, “vinimos a todas las ediciones”, confiesa a ROCK BONAERENSE Gabriel Pedernera, baterista de Eruca.
Para las 19.40, en el escenario auspiciado por la marca Branca, iniciaba una noche que se proyectaba bien rockera, y daba pie para una nueva ceremonia de Juanse en Rock en Baradero. “Almas gemelas” de Eruca Sativa es un temón, dispara Juanse alabando a la banda que lo había precedido.
Nonpalidece brindó por su asistencia casi perfecta en el festival e hizo bailar a un auditorio colmado. Las vibras soul/jazzeras de An Espil para volver al eje y recuperarse después del pogo, reconectar y tomar fuerzas para el último tramo de la noche, que llegaría con una tromba de clásicos del rock: La Vela Puerca, Estelares y Las Pelotas. Mientras tanto en el cierre del escenario del Barranco, Terapia metió un show súper caliente, haciendo enloquecer a su público que no para de crecer. Un épico y emotivo momento se vivió en el show de Catupecu Machu, en el que el cantante de la banda Fernando Ruiz Diaz, invita a Eruca Sativa a compartir escenario, dedicando el tema “Dale” a su hermano Gabriel. La jornada terminó con el esperadísimo cierre a cargo de Rata Blanca, que desde 1998 no volvía a pisar Baradero.
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