A dos dirigentes cercanos al PRO no les bastaron las explicaciones y aclaraciones del Gobierno de la Provincia, las de Soledad Quereilhac ni las de la propia Beatriz Sarlo. Por eso denunciaron en la Justicia a la esposa del gobernador Axel Kicillof por la supuesta oferta “por debajo de la mesa” para acceder a vacunas.
El propio Axel Kicillof lo contó en la red social Twitter, como un capítulo más del Lawfare, ese montaje que vincula a dirigentes políticos, medios de comunicación y sectores del Poder Judicial para disciplinar.
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La denuncia corrió por cuenta de Yamil Santoro, vicepresidente de Republicanos Unidos, y de José Luis Patiño, diputado del PRO. Ambos dirigentes son porteños, pero curiosamente se interesaron por lo que pasa en Provincia.
“¡Bingo! Me acabo de enterar de que tres miembros de la oposición, uno un denunciador serial (Yamil Santoro), y otro de ellos diputado nacional (José Luis Patiño), presentaron una denuncia contra mi esposa, Soledad Quereilhac”, se quejó Kicillof en Twitter.
La acusación contra Quereilhac es “por hacerse pasar por funcionaria pública”, según explicó el Gobernador. En concreto, los dirigentes PRO consideran que intermedió, arrogándose funciones, entre un particular (Sarlo), ofreciendo un beneficio estatal. Una situación que la propia “primera dama” bonaerense y hasta Sarlo explicaron de otra manera.
En rigor, se trata de una ampliación de la denuncia en la que se apunta a “la esposa del Gobernador de la Provincia de Buenos Aires” por haber “asumido funciones de carácter público para las que no ha recibido nombramiento alguno de autoridad competente”.
“No soy abogado, pero es una figura que se podría usar, por ejemplo, cuando quien no ha sido elegido diputado se sienta en una banca y pretende votar. O exhibe una credencial falsa de policía para hacer una inspección”, retrucó Kicillof.
El mandatario provincial se animó incluso a anticipar las tapas de los diarios opositores, en clave “difamatoria”. “Denuncian a la esposa de Kicillof por las vacunas VIP”, fue el título que arriesgó.
Algo de eso se vio en las tapas de los matutinos porteños esta mañana. Clarín, por ejemplo, tituló ayer como si el escándalo no se hubiera arreglado en el transcurso de la tarde. “Sarlo dijo que la esposa de Kicillof le ofreció una vacunación VIP”, fue la interpretación del diario, omitiendo que la propia Sarlo se había arrepentido públicamente del sentido que le había dado a la situación en primera instancia.
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