Regreso de la estafa piramidal ahora camuflada en criptomonedas
La frase del espectáculo reza: "El público se renueva", y se utiliza como para justificar el reiterar lo mismo muchas veces, contar chistes repetidos, cantar siempre la misma canción, o reciclar una anécdota. De igual modo sucede con la estafa piramidal que apela, cada determinada cantidad de tiempo, al olvido o al recambio generacional para atacar nuevamente a ilusos, ambiciosos o simplemente personas ignorantes de toda educación financiera, que creen cualquier marketing por más berreta que suene o se observe a simple vista.
La aparición por estos meses, tanto en redes como en negocios abiertos legalmente bajo el rubro "financiera", por ejemplo en Córdoba, Catamarca, San Juan y otras provincias, que ofrecen altísimos retornos mensuales ante la colocación inicial de un capital accesible, hace prever que una nueva tanda de crédulos será estafada a la brevedad, bajo el renovado slogan de moda que pocos comprenden pero a muchos les hace creer en la mágica ilusión de hacerse rico de la noche a la mañana: las criptomonedas.
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Adaptados a estas nuevas épocas los creadores de sistemas piramidales al estilo Ponzi, que desde hace décadas vienen estafando a incautos en todo el mundo, comenzaron a camuflarse ahora detrás del boom de las criptomonedas a las cuales usan como pantalla, aprovechando el desconocimiento del gran público acerca de como funciona el sistema de monedas digitales.
Zoe, Vayo, Coinx y cientos de otros nombres de fantasía cruzan a diario por las redes sociales buscando inocentes pero ambiciosos nuevos involucrados, que crean en 'espejitos de colores' sin hacerse demasiadas preguntas, y confiándoles una supuesta intermediación financiera.
Les alcanza con mencionar en grandes palabras que son una empresa financiera seria, respaldada por algún nombre en inglés y con actuación en algún país de innota referencia financiera y luego utilizar el término mágico "criptomonedas" para que miles de inocentes entren como por un tubo, y no solo eso, sino que además se involucren instando a otros a que también se integren, como si de "evangelizar" se tratara, hasta sintiéndose altruistas por incorporar nuevos incautos.
Es que así funciona la estafa piramidal de esquemas de Ponzi. Al momento que no hay más terreno fértil entre nuevos "inversionistas", la cadena se derrumba como un castillo de naipes, porque todo se basa en nuevos aportantes.
La historia es más vieja que la escarapela, pero "el público se renueva".
EN LA PLATA LA FINANCIERA SALAS: EMBLEMA DE LA ESTAFA PIRAMIDAL
A finales del siglo pasado cuando las criptomonedas no estaban en la cabeza de nadie, poco antes de las elecciones de 1999, una financiera (también denominada 'mesa de dinero') llamada "Los Girasoles", funcionó en la ciudad de La Plata ofreciendo los mismos retornos que ahora proclaman estas nuevas supuestas empresas, alrededor del 8% mensual en dólares.
El '1 a 1' ya se estaba haciendo trizas y de ganar Eduardo Duhalde las elecciones era sabido que de ese esquema se pasaría a una devaluación de la moneda nacional.
Como el organizador de esa estafa piramidal de apellido Salas tomaba el dinero en pesos, confiaba que al ganar Duhalde podría transformar esos montos enormes que le daban sus "ahorristas" a los que él guardaba en dólares, y tras la salida de la convertibilidad, poder pagar lo pactado y quedarse con la diferencia.
Con el esquema piramidal sabía que hasta diciembre del '99 llegaría sin problemas y pensaba que luego la devaluacion haría el resto.
Sin embargo el triunfo le correspondió a Fernando de la Rúa y la convertibilidad de "un peso un dólar" al final soportaría su existencia dos años más, hasta estallar por los aires a comienzos del 2002.
Quien no soportó ese resultado electoral fue José Luis Salas, el organizador y creador de 'Los Girasoles', quien a poco de conocerse la derrota de Eduardo Duhalde se pegó un tiro en una quinta de Villa Elisa, sabiendo que sería imposible devolver el dinero que había tomado a las ilusorias tasas que ofrecía.
Miles de incautos y ambiciosos platenses perdieron todos sus ahorros y hubo varios casos más de suicidios entre ellos.
Pero claro, de esto pasaron 23 años.
Las criptomonedas no existían, los millennials eran niños y los centennials no habían nacido aún.. o estaban en eso.
Todos ellos y algún que otro veterano que no se informó mucho acerca de como funcionan las finanzas pueden ser ahora "carne de cañón" para estos nuevos esquemas Ponzi de estafa piramidal, recargados y potenciados por redes, nombres foráneos, falsas empresas detrás, y ese imán que ejerce, por ahora, la palabra criptomonedas.
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