Javier Milei hará su primer viaje como presidente electo a New York, pero no será una visita de estado (aún no asumió, por lo tanto no corresponde), ni tampoco un periplo de tipo protocolar para aceitar canales de negocios o diplomáticos, sino que irá para visitar la tumba de un rabino. El futuro mandatario partirá este viernes en un vuelo particular en un jet privado.
El presidente electo se define como “católico noájida” aspirante a judío, y ya visitó varias veces el “ohel del rebe de Lubavitch” (la traducción sería “carpa”, por el formato de la tumba del difunto rabino Menachem Mendel Schneerson) a quien considera su guía espiritual y mentor.
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Según ha expresado alguna vez Milei, Schneerson le habría transmitido mensajes proféticos a través de sus escritos y discursos, y le habría encomendado la misión de liberar a Argentina del socialismo y el populismo. También afirma haber experimentado milagros y señales divinas gracias a la intercesión del “rebe”, como la curación de su perro, que padecía una enfermedad terminal.
Este viaje será para pedirle la bendición al dirigente religioso fallecido, y además protección para su gestión. Después del 10 de diciembre, Milei tiene previsto viajar a Israel, donde se reunirá con el primer ministro Naftali Bennett y visitará los lugares sagrados del judaísmo.
La relación de Milei con “el rebe de Lubavitch” genera diversas reacciones en la opinión pública, tanto dentro como fuera de la comunidad judía. Algunos lo ven como un gesto de respeto y admiración hacia una figura de gran sabiduría y liderazgo, que inspira valores de libertad, solidaridad y espiritualidad. Otros lo consideran una forma de apropiación y manipulación de la identidad y la tradición judías, con fines políticos y personales. También hay quienes lo interpretan como una manifestación de delirio y fanatismo, que revela una personalidad mesiánica y autoritaria. Lo cierto es que la historia del rabino Menachem Mendel Schneerson y su vínculo místico con el presidente electo Javier Milei es una de las más sorprendentes y controvertidas de la actualidad.
¿QUIÉN FUE SCHNEERSON?
El rabino Menachem Mendel Schneerson fue el séptimo y último líder de la dinastía jasídica Jabad-Lubavitch, un movimiento religioso judío que se caracteriza por su énfasis en la difusión del judaísmo y la observancia de sus preceptos.
Nacido en 1902 en el Imperio Ruso, Schneerson se educó en la tradición rabínica y también estudió ingeniería y matemáticas en universidades de Europa. En 1941, emigró a Estados Unidos, donde se casó con la hija del sexto rebe de Jabad, Iosef Itzjak Schneerson.
Tras la muerte de su suegro en 1950, asumió el liderazgo del movimiento y lo expandió por todo el mundo, creando miles de centros educativos, sociales y caritativos llamados “casas Jabad”. Schneerson fue considerado uno de los líderes judíos más influyentes del siglo XX, y recibió la visita de personalidades políticas, religiosas y culturales de diversos países.
Murió en 1994 en Nueva York, y fue enterrado junto a su suegro en el cementerio de Montefiore, en el distrito de Queens. Su tumba, conocida como el “ohel“, se convirtió en un lugar de peregrinación para miles de personas que buscan su bendición y consejo.
SU “SECTA”, O MOVIMIENTO RELIGIOSO
El movimiento jasídico Jabad-Lubavitch es una organización judía que se basa en las enseñanzas del propio rabino Menachem Mendel Schneerson, el séptimo y último líder de la dinastía Jabad. El nombre Jabad proviene de un acrónimo de las palabras hebreas Jojmá, Biná y Daat, que significan Inspiración, Entendimiento y Conciencia, y que representan las partes del intelecto humano.
El nombre Lubavitch se refiere a una ciudad de Rusia donde se estableció el movimiento por más de un siglo. Jabad-Lubavitch se caracteriza por su énfasis en la difusión del judaísmo y la observancia de sus preceptos, así como por su visión mística y espiritual de la realidad. El movimiento cuenta con casi 2.000 instituciones en todo el mundo, dedicadas a la educación, la asistencia social y la caridad. Jabad-Lubavitch es parte del Movimiento Jasídico, fundado por el Baal Shem Tov en el siglo XVIII, que busca despertar el amor y la alegría en el servicio a Dios.
La visión mística de Jabad Lubavitch es una forma de entender y vivir el judaísmo basada en las enseñanzas del rabino Schneerson. Según esta visión, el propósito de la creación es que el hombre revele la presencia de Dios en el mundo, a través del cumplimiento de los mandamientos de la Torá y la difusión del conocimiento y la conciencia de Dios.
La visión mística de Jabad Lubavitch en la que cree Javier Milei también sostiene que “estamos en la era mesiánica, y que el rebe de Lubavitch es el Mesías esperado por el pueblo judío, que pronto se revelará y traerá la redención final”.
Para Jabad Lubavitch, “el rebe” es la fuente de inspiración y guía espiritual, y se comunica con sus seguidores a través de cartas, libros, discursos y milagros. La visión mística de Jabad Lubavitch se basa en la interpretación de la Cábala y el Jasidismo, que son corrientes de pensamiento que exploran los aspectos ocultos y esotéricos de la divinidad y la creación.
¿POR QUÉ MILEI ES ‘CATÓLICO NOAJIDA’?
Ser católico noajida, la creencia del próximo presidente argentino, significa ser una persona que se identifica con la fe católica, pero que también reconoce y respeta las enseñanzas del judaísmo, especialmente las que se refieren a los siete preceptos universales que Dios le dio a Noé después del diluvio. Estos preceptos son:
– No adorar ídolos ni falsos dioses.
– No blasfemar ni maldecir el nombre de Dios.
– No asesinar ni derramar sangre inocente.
– No robar ni cometer actos de injusticia.
– No cometer adulterio ni actos sexuales ilícitos.
– No comer carne de un animal vivo ni causarle sufrimiento.
– Establecer cortes de justicia y leyes para mantener el orden social.
Los católicos noajidas creen que estos preceptos son compatibles con la moral cristiana, y que cumplirlos es una forma de honrar a Dios y a su creación. Milei no se considera judío ni busca “convertirse al judaísmo, sino que mantiene su identidad y tradición católica, al mismo tiempo que aprende y aprecia la sabiduría y la espiritualidad judías”.
Los católicos noajidas suelen tener una relación de amistad y respeto con la comunidad judía, y participan en actividades culturales y educativas que fomentan el diálogo y el entendimiento entre ambas religiones.
El Noajismo es reconocido por el judaísmo como un camino válido para los gentiles, que les asegura un lugar en el mundo venidero, la recompensa final de los justos. Se basa en las enseñanzas de la Torá, el Tanaj, el Talmud y otros textos sagrados del judaísmo, que interpretan y codifican los preceptos noájidas. Además, el Noajismo tiene sus orígenes en la época de Noé (significa literalmente ‘hijos Noe’, de allí su denominación), el patriarca bíblico que sobrevivió al diluvio y recibió el pacto de Dios con el arcoíris como símbolo.
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