El presidente del PJ Bonaerense, Máximo Kirchner, lanzó ayer una sorpresiva convocatoria para sentar en una misma mesa a las jefaturas de Unión por la Patria: Cristina Kirchner, Axel Kicillof y Sergio Massa fueron invitados el próximo lunes a una cumbre política de alto vuelo para el peronismo.
La cita es el próximo lunes, en el partido de Moreno. El temario del día incluye un “Informe del bloque legislativo” -¿Provincial? ojalá- y un “análisis de la situación política” a un año de la asunción de Javier Milei como presidente de la Nación y en un contexto de tensa calma dentro del principal espacio opositor a nivel nacional.
El peronismo está surcado por heridas abiertas. La interna que no fue entre Quintela y Cristina Kirchner, las escaramuzas entre La Cámpora y algunos intendentes bonaerenses, las esquirlas de esos bombardeos que llegan calientes a la Gobernación afectan no sólo el andar del Estado bonaerense sino las chances electorales para 2025.
El Peronismo, en busca de la unidad comprometida
Ahora, la mirada está puesta en la confirmación de parte de cada uno de los asistentes. Desde el entorno de Sergio Massa ven con buenos ojos que se empiece a trabajar en la reconstrucción de la castigada unidad que llevó a recuperar el poder en 2019.
“Para nosotros es bueno que inviten al Frente Renovador como señal de continuidad de la alianza y es bueno que haya un mensaje de unidad de la oposición”, le dijeron a INFOCIELO desde la trinchera massista.
El propio Sergio Massa dejó trascender que modificará su agenda para cumplir con el compromiso partidario, dejando de lado un viaje a San Pablo que tenía previsto y para el que incluso tenía pasajes aéreos reservados.
Un gesto que no se condice con las bajas expectativas que genera, al menos en parte de su tropa, el encuentro: “Lo que no se puede acordar entre cuatro paredes, expuesto ante 50 dirigentes sirve más como gestualidad que como otra cosa”, razonó un dirigente cercano al líder renovador.
En el hermético entorno de Cristina ya confirmaron que asistirá. La dos veces presidenta de la República no desairá a su propio hijo, que, además, puso como locación un territorio en el que se siente cómoda y que caminó recientemente de la mano de la intendenta Mariel Fernández.
¿Y Kicillof? La situación del Gobernador es posiblemente la más delicada. En Moreno, ¿lo esperan o lo emboscan? Más allá de la lectura que haga, no parece tener demasiado margen para faltar.