Pinamar vivirá desde hoy un nuevo período de inestabilidad política. Pero ya no será de la mano de sus estructuras políticas más tradicionales si no del intendente Martín Yeza, de Cambiemos, quien justamente hizo campaña diferenciándose de sus antecesores. En concreto, el jefe comunal será interpelado en el Concejo Deliberante por dos irregularidades señaladas por el vecinalismo y por Unidad Ciudadana.
La primera sesión especial será hoy a las 13:00. Es por la administración fraudulenta de dos chiringos (puestos de playa con terminación rústica, en donde se venden licuados, tragos y comidas).
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Uno de los puestos estaba en el hotel Puerto Pirata de Cariló y lo explotaba Demiford S.A. Todo estalló cuando, como apoderado, apareció Marcelo Manrique, padre del entonces subsecretario de Inspecciones Generales del Municipio, Sebastián Manrique, quien debió renunciar por escándalo.
Por otro lado, Matías Astrada asumió la responsabilidad del segundo lugar cuestionado, ubicado frente al hotel Marcín. Se descubrió que Astrada había participado del cierre de campaña local de Cambiemos y de varias reuniones en las que estuvo presente Pablo Bertozzi, director local de Fiscalización y, además, tío de Yeza.
Para PROPIN, la fuerza que preside el HCD e impulsó está investigación, ambos funcionarios se encargaron de no regular estos dos puestos de comida clandestinos, que además tenían una ubicación preferencial en las inmediaciones de las pasarelas de acceso a la playa.
“Todo sucedió esta temporada de verano. Pero las dudas aparecen sobre toda el área de fiscalización y también con lo que va a suceder en el verano, porque Yeza mantiene la idea de prohibir la venta ambulante y todas las familias que dependen de eso están intranquilas”, dijo a INFOCIELO Marcela Uhrig, concejala de UC.
En tanto, Yeza está acusado por el kirchnerismo por la presunta malversación de caudales públicos a raíz de la obra Centralidades Pinamar. La denuncia fue presentada por el concejal Gregorio Estanga (UC) y el diputado nacional Rodolfo Tailhade (FPV-PJ). Ambos dirigentes afirmaron que se habrían pagado sobreprecios por trabajados en apariencia no realizados. Por este tema será interpelado el 25 de octubre
Centralidades Pinamar es el nombre de fantasía que recibió el proyecto de remodelación de tres partes de la Avenida Bunge, la principal de la ciudad balnearia, con dinero de la Nación. Según el análisis del expediente que hizo Estanga, la diferencia de facturación podría llegar a los 12 millones de pesos. La causa llegó además a la Justicia Federal y Yeza y otros funcionarios del Ministerio del Interior terminaron imputados.
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