Crisis

Números en rojo: el país ya paga más de un millón de pesos por minuto sólo en intereses de deuda

El costo de las obligaciones contraídas durante el primer bimestre del año representó el 39% de lo asignado para Educación en todo el año, 59% de lo corresponde a Salud, 133% de lo destinado a protección social y 191% de lo que equivalente a Ciencia y Técnica.

El Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) reveló que el pago de intereses de la deuda pública en el primer bimestre del corriente período representó el 994% de lo asignado a industria para el resto del año, según la Ley de Presupuesto 2019. De este modo, el monto superó los 88 mil millones de pesos en enero y febrero, con lo cual, ya equivalen a un importante porcentaje de lo presupuestado para diferentes áreas sensibles del Estado Nacional: 39% de lo asignados para Educación en todo el año; 59% de lo corresponde a Salud; 133% de lo destinado a protección social y 191% de lo que equivalente a Ciencia y Técnica.

El informe difundido por el equipo de economistas de Economía UNDAV analiza la evolución de las cuentas públicas para el primer bimestre del año, profundizando en la aplicación de diferentes programas y el pago de intereses de la deuda pública, en base a datos del Ministerio de Hacienda y la Ley de Presupuesto 2019.

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“El 2019 es el año de convergencia acelerada hacia el equilibrio/superávit primario. La política fiscal avanza con un esquema en el que intentará reducir en términos reales el gasto público en una proporción mayor que lo que estará cayendo la recaudación también en paridad de poder de compra”, evalúa el documento universitario.

En este sentido, en el primer bimestre de 2019 se pagó más de un millón de pesos por minuto, en concepto de intereses de la deuda pública contraída.

 

 

El informe apunta que este panorama encuentra su razón de ser en “el apuro por conseguir el equilibrio primario durante este año, basado en una concepción ortodoxa de la economía suscripta tanto por el Fondo Monetario como por los funcionarios del gobierno nacional”, aunque remarca que “la búsqueda del superávit primario termina funcionando como una forma de ajustar la economía nacional, aumentar el desempleo, bajar los salarios, al tiempo que se mantiene la especulación financiera, el endeudamiento y la fuga de capitales”.

Por otra parte, es posible deducir que de cada $100 que se destinan al pago de la Asignación Universal por Hijo (AUH), ya se pagan $239 en calidad de intereses de la deuda pública.

La inversión en prestaciones sociales se reduce en 7,5% en el primer bimestre, mientras que los gastos de funcionamiento del Estado bajan 3%, producto de los recortes en programas y el achique de la planta de personal.

 

 

Las jubilaciones y pensiones habían caído un 5,4% real durante el año pasado, mientras que las asignaciones familiares y por hijo decrecieron un 2,5% real: por todo esto, el promedio de prestaciones sociales muestran un descenso agregado del 5,4%.

Asimismo, el ajuste sobre los subsidios económicos en el año pasado fue brutal: se redujo un 43,5% en términos reales aunque, paradójicamente, esto no redundó en un ahorro fiscal significativo, producto del desbarajuste cambiario, que incrementó el ticket del desequilibrio comercial para el segmento energético.

 

 

El pago de los intereses de la deuda pública se incrementó 136% en el primer bimestre de 2019, en relación al año pasado.

“Hasta el momento, en el primer bimestre de 2019, se ha conseguido un leve superávit primario que alcanza los $23.384 M. No obstante, los intereses de la deuda han crecido en un 137% y alcanzan los $88.328 M, con lo cual, el resultado financiero es negativo en $64.944 M. Ergo, el superávit primario debe multiplicarse de mínima por tres para poder alcanzar el equilibrio financiero. Se dice de mínima porque en el caso de que, como viene ocurriendo hasta ahora, los intereses de la deuda crezcan a un ritmo acelerado, el crecimiento del superávit primario deberá ser también mayor. De esta forma, es que el Estado deberá ajustar el Gasto Público aún más si quiere conseguir dicho resultado. Con lo cual, en este escenario, lo que se espera no es otra cosa que menos gasto, más recesión, menos recaudación, dificultades para conseguir aumentar el superávit primario, y así sucesivamente”, concluye el informe.

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