El represor y autor de delitos de lesa humanidad, Miguel Etchecolatz, murió hoy a los 93 años en un sanatorio bajo custodia policial. El genocida, protagonista de los hechos más aberrantes de la última dictadura cívico militar falleció cumpliendo condena por algunos de sus crímenes, pero no dijo dónde están quienes desaparecieron por su accionar, entre ellos Jorge Julio López, Francisco López Muntaner y el paradero de Clara Anahí Mariani Teruggi.
La data del deceso fue confirmada por el Tribunal Oral Federal (TOF) número 5 a Guadalupe Godoy, una de las abogadas la causa por la desaparición del albañil y militante platense, Jorge Julio López.
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Etchecolatz fue director de investigaciones de la Policía Bonaerense durante la dictadura y entre sus condenas se incluyen los delitos de secuestros, torturas, crímenes y delitos sexuales. Fue formalmente acusado de someter a al menos 84 personas.
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En una de sus últimas declaraciones ante la justicia, justamente ante el l Tribunal Oral Federal 1 de La Plata que los juzgaba por delitos de lesa humanidad cometidos en el excentro de “Pozo de Arana” junto al expolicía Julio César Garachico, acusó “venganza”.
“He expuesto mi vida luchando por una bandera celeste y blanca que ahora está desgarrada. Estoy aislado por odio y necesidad de venganza”, expresó el genocida, para concluir señalando a los magistrados: “Ustedes no son mis jueces naturales, están violando la Constitución Nacional”.
La declaración de Jorge Julio López, dos veces desaparecido, fue clave para condenarlo. El albañil había sido secuestrado durante la dictadura y torturado en el “Pozo de Arana”, pero sobrevivió y pudo declarar desde fines de los años ’90 en las causas por la Verdad.
En sus relatos, especificó el horror al que él y sus compañeros de cautiverio fueron expuestos por Miguel Etchecolatz. Uno de los relatos más crudos es el que López recuerda sobre el asesinato a sangre fría de una joven madre que le imploraba por su bebé.
En 2006, un día antes de que se difundiera la condena a Etchecolatz, Jorge Julio López desapareció por segunda vez, ahora en democracia.
Miguel Etchecolatz se murió juzgado y condenando en cárcel común, pero sin decir dónde están sus desaparecidos.
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