Macri mandó a la SIGEN a certificar si Fernando Esteche cobró su sueldo en la UNLP de manera irregular
Las sospechas de que el líder de Quebracho, Fernando Esteche, percibió su salario como docente de la Facultad de Periodismo de la UNLP durante el tiempo que pasó encarcelado, acusado de formar parte de una asociación ilícita que tenía por objeto encubrir a los autores del atentado contra la AMIA, empiezan a generar ruidos puertas adentro de la casa de altos estudios platense.
Primero hubo un pedido de informes de parte del Ministerio de Educación, que comanda Alejandro Finocchiaro, que la Facultad nunca respondió. Fue a fines de octubre y el propio Ministro le dio exposición pública: “Aquí el tema es que se le pagó a alguien que tenía la imposibilidad física de cumplir con su trabajo porque estaba preso”, objetó.
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Según Educación, a Esteche se le pagaron unos 941 mil pesos en retribución por la tarea docente con “dedicación exclusiva” que estaba físicamente imposibilitado de llevar a cabo por cuanto se encontraba en prisión. Es que las normas mandan que cuando un docente queda detenido, aunque sea de manera preventiva, se suspende de manera automática el pago de haberes, que se reanuda y se paga retroactivamente en el caso de que sea declarado inocente.
¿Cómo hizo entonces Esteche para seguir percibiendo su sueldo? En Educación y en la SIGEN sospechan que, de manera irregular, el decanato -a cargo de la excandidata platense -y actual diputada provincial- Florencia Saintout primero, y de Andrea Varela después- firmó la prestación de servicio. En llano: que las funcionarias certificaron con su firma que Esteche dio clases.
La falta de respuesta de parte de la Facultad motivó la intervención de la Sindicatura General de la Nación (SIGEN), que pidió al rectorado de la UNLP que informe “las razones que habrían motivado la certificación de servicios por parte del docente” entre diciembre de 2017 y septeimbre de 2019, cuando fue puesto en libertad.
La UNLP derivó nuevamente el expediente a la Facultad de Periodismo, donde se encuentra a la espera de una respuesta de parte de las máximas autoridades.
Desde la llegada de Mauricio Macri al poder, la SIGEN se convirtió en una herramienta poderosa con fines controvertidos. Allí designó a Alberto Gowland y a María Oneto, y les encargó la creación de Unidades de Auditoría Interna, como entidades de enlace con cada estamento Estatal. No faltó dentro del ámbito de las Universidades Nacionales quienes resitieran, con el argumento de preservar su autonomía, y la firme sospecha de que lo que realmente buscaba Macri era una herramienta de disciplinamiento política.
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