Los intendentes de Juntos por el Cambio ya ni siquiera ocultan la bronca y el sabor amargo que les dejó la derrota no solo en sus comunas, sino también a nivel provincial y nacional.
El que tiró la primera piedra fue el actual intendente de Olavarría, Ezequiel Galli, quien iba por el tercer mandato pero quedó en un tercer lugar detrás del kirchnerismo y de los libertarios. El receptor de su bronca fue nada más y nada menos que el fundador del PRO, Mauricio Macri.
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“Claramente Mauricio Macri no es más el líder ni el referente de JxC”, sentenció el jefe comunal de la Séptima. “Argentina eligió, y claramente fue en un sentido opuesto a lo que venimos proponiendo. Mis más sinceras felicitaciones a los más elegidos Massa, Kicillof y Wesner”, añadió.
A esa voz solitaria se sumó otro de los derrotados, el intendente de Bragado, Vicente Gatica, quien sostuvo que “es difícil argumentar desde la derrota de un partido vecinal”.
“¿Era necesario someter a los intendentes a una interna sin la certeza de que fuera un trámite? El ego no los dejó respetar a los legítimos referentes. Difícil conducir desde la casa y desde la derrota”, manifestó enojado. A eso también respondió Galli: “Claramente no era necesario, amigo querido”, dijo.
Ezequiel Galli fue en la lista con la boleta que encabezaron Horacio Rodríguez Larreta y Diego Santilli, mientras que Vicente Gatica fue con la que lideraron Patricia Bullrich y Néstor Grindetti.
Vale recordar que en estas elecciones generales el peronismo recuperó más de una decena de distritos que estaban a cargo de la oposición -según el propio Axel Kicillof son 14, aunque falta definir la situación de La Plata- y Juntos por el Cambio pasó de conducir 59 a 47 municipios de la Provincia de Buenos Aires.
Asimismo, sufrió la derrota en siete de las ocho secciones electorales, donde el triunfo se lo llevó Unión por la Patria, que se quedó con la primera minoría en el Senado de la Provincia.
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