Los hilos rojos que conectan las elecciones de la UNLP y la política nacional
Las elecciones de la UNLP dejaron como saldo el fracaso libertario, la Franja Morada Fortalecida y un peronismo preso de sus internas.
Es frecuente que se intente traspolar el mapa que dibujan los resultados de las elecciones estudiantiles de la Universidad Nacional de la Plata con el escenario de la política convencional.
Es un error. Porque son dos planos totalmente diferentes y el entorno universitario tiene poco que ver con el más ampliado y complejo panorama que presenta la sociedad toda.
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Pero siempre se pueden rescatar puntos de contacto. Líneas que trazan un vínculo entre los claustros estudiantiles y los ámbitos palaciegos donde se amasan las cuestiones de la política grande.
El gran fracaso libertario
Una primera mirada entonces del resultado de los comicios para elegir autoridades de los 17 centros de las facultades de la UNLP y los representantes a los consejos Directivo y Superior, muestra un dato que emerge relevante: los libertarios, liberales extremos o como se quieran definir los seguidores de la fuerza que lidera Javier Milei no hizo pie en las aulas de los estudios superiores. Más: ni siquiera pudo apoyar un dedo. Una uña.
Previsible después de las peleas que encaró el Gobierno contra el financiamiento de las UUNN (Universidades Nacionales), contra la dirigencia de las casas de estudios y contra los docentes a quienes les recortó casi el 20% de su poder adquisitivo en 10 meses.
Con algo de alharaca los libertarios exageraron su intento por “penetrar” en el ámbito académico estudiantil. Hicieron aquella reunión de presentación justo el día después del veto de Milei a la ley de Financiamiento de las UUNN que terminó en escándalo. Y amenazaron con presentar listas en cuatro o cinco unidades de estudio.
Apenas pudieron registrar las nóminas en Ciencias Económicas y encima no lograron despegar esa acción de las feroces internas que los atraviesan. Presentaron dos listas (una de Karina-Caputo; otra de Pareja y otros bonaerenses). Entre las dos obtuvieron 500 votos, menos del 10% de los que votaron allí. Y Menos del 1% del caudal electoral de toda la UNLP.
Se consolida la Franja Morada
Otro dato que tampoco es sorpresa es la consolidación de la Franja Morada (expresión juvenil del Radicalismo) que pudo sostener el triunfo en las 10 facultades que gobernaba.
Incluso en la esquiva (para las posiciones reformistas) Psicología, donde mantuvieron la supremacía con 300 votos de diferencia. El año pasado habían ganado por menos de 100.
Nada cambió para los jóvenes radicales en Económicas, Informática, Ingeniería, Derecho, Agrarias, Veterinaria, Arquitectura, Exactas y el Observatorio de Astronomía.
El peronismo preso de sus internas
Diferente fue el resultado para las diferentes versiones del PJ que recorren los pasillos universitarios. En la escena estudiantil hubo algún reflejo de la pelea que mantiene el kirchnerismo con otras vertientes peronistas.
Desde el alakismo/kicillofismo rápido salieron a exponer el triunfo de ese sector en Medicina, la facultad más poblada de la UNLP y en Humanidades, otra de las “grandes” donde el armado que coordina el secretario de Gobierno de la municipalidad de La Plata, Guillermo “Nano” Cara resultó convalidado por el voto de los alumnos.
“Nuestras listas avanzaron. Las de La Cámpora no pudieron recuperar centros o conseguir más representantes”, se encargaron de aclarar en ese bando del peronismo local.
En efecto, la agrupación que tiene como terminal a Máximo Kirchner mantuvo su histórico predominio en Periodismo y pueden mostrar que también co gobiernan Naturales con los ex Quebracho. No pudo recuperar Artes.
Hay que consignar que el avance del sector que apoyó Alak resulta un triunfo flaco para el espacio: se presentó en 15; mantuvo 2.
Lecturas
Otra lectura válida que muestra la elección es que siempre resulta más allanado el camino cuando hay de dónde obtener recursos. Los radicales tienen el manejo de la caja del Rectorado. Desde el retorno de la democracia en 1983 nunca hubo un armado que no tuviera el vértice en la UCR. Ahora está “loteado” el edificio de 7 y 47, pero en la estratégica Secretaría de Administración y Finanzas la lapicera corresponde a Claudio Canosa, ex dirigente y de estrecho vínculo con la agrupación morada.
Kicillof y Alak “ganaron” algunos espacios en el juego político de la UNLP. Casualmente, en el primer año del retorno del ex ministro de Justicia al municipio.
Diferente es el cuadro para –por ejemplo- los militantes que exhiben como referente a Juan Grabois. Fueron derrotados en Medicina; no lograron escalar posiciones en los consejos directivos. Ocurre en coincidencia con el feroz recorte de planes sociales y recursos que manejaba el CTEP del dirigente piquetero amigo de Francisco.
Se alinearía a este hilo analítico el estancamiento de La Cámpora: ya no tiene las “cajas” que manejaba en el gobierno de Alberto Fernández.
El trabajo militante en las aulas, pasillos y gabinetes universitarios también se lubrica con recursos. Todo es más sencillo cuando no escasean los fondos frescos.
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