El Ministerio de Salud de la Nación dio marcha atrás con el aumento a las tarifas en las empresas de medicina privada, más conocidas como prepagas, por pedido del presidente Alberto Fernández y desató el reclamo generalizado del sector, que advirtió que podría perder prestaciones en medio de la pandemia.
Según el presidente de la Cámara de Empresas de Medicina Privada (CEMPRA), Ricardo Lilloy, habrá “escasez y merma de la prestación de servicio, que ya es algo que viene sucediendo”.
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“En 2020 tuvimos un aumento de 12%. Eso nos dejó perdiendo contra la inflación que todos conocemos pero a ese incremento del costo de vida hay que sumarle la inflación de la medicina que es un adicional por la tecnología y la suba de los medicamentos. El sistema necesita mantener una ecuación económica y no lo ha hecho”, advirtió Lilloy en una entrevista con Radio Mitre.
Además señaló que “durante el 2020 el Estado nos salvó de una crisis terminal por el programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP) y los beneficios impositivos, pero a partir del 1° de enero se suprimieron y el magro aumento no termina de solucionar la situación. En este contexto, el sistema no pasa enero, debe ser resuelto de forma urgente”.
Lo cierto es que las empresas de medicina privada tuvieron un doble beneficio durante la pandemia: Fueron las principales asistidas por el Gobierno Nacional a través del programa ATP, y además evitaron cubrir las prácticas médicas que sus beneficiarios y beneficiarias postergaron a causa de la pandemia.
Aunque la más favorecida fue Arcos Dorados S.A. (McDonalds), entre las 30 empresas más beneficiadas por el programa ATP figuran Swiss Medical S.A ($414.105.000 en dos pagos, para cubrir 16.565 salarios), el Hospital Italiano de Capital Federal ($345.650.000 para 13.826 sueldos), Galeno S.A. ($299.475.000 para 11.979 salarios), OMINT ($132.075.000 para 5.283 sueldos) y la Obra Social de la Ciudad de Buenos Aires (OBSBA), que recibió $67.000.000 para 2.680 empleados.
En septiembre, el gerente general de los Centros Ambulatorios de Swiss Medical, Maximiliano Leiva, aseguró en una entrevista con Clarín que “las prácticas y consultas de disciplinas que ‘pueden esperar’ están reducidas un 75% respecto de como era normalmente”. Diversas fuentes médicas también dieron cuenta de una reducción en las prácticas no urgentes, tanto por falta de demanda como por falta de camas.
Pese a que la demanda de prácticas médicas bajó drásticamente, el cobro de las cuotas de las prepagas se mantuvieron toda la pandemia. Contrario a lo que se espera por la baja cantidad de prácticas a cubrir, y aunque no publicaron sus ganancias y pérdidas durante el 2020, las prepagas insisten en que el congelamiento del Gobierno las fundiría.
Desde las prepagas apuntan a Cristina Fernández de Kirchner como la que ordenó el congelamiento. Semanas atrás, durante el acto que encabezó Axel Kicillof en La Plata, la vicepresidenta pidió “repensar un sistema de salud integrado”. “Tenemos que repensar no solamente el sistema sanitario, sino un diseño de país que olvide esa concentración tan injusta e ineficiente económicamente”, añadió Cristina. Las prepagas lo tomaron como una amenaza, y se ponen en pie de guerra al amenazar con dejar sin asistencia a sus beneficiarios en medio de la pandemia.
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