La UCR no aprovechará la división del PRO en la provincia de Buenos Aires
Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta acaban de anunciar que el PRO llevará un sólo candidato en la Ciudad de Buenos Aires y que irá a las PASO en la Provincia. Más allá del impacto que tiene puertas adentro del partido fundado por Mauricio Macri, esto significa una oportunidad única para la UCR, que puede “pasar por el medio”: aprovechar la división del electorado y plantear dentro de Juntos una tercera lista, “pura”, que derrote a ambos y se quede con todo -o con mucho- en el principal tablero electoral naciónal.
Pero nada de eso va a ocurrir.
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El radicalismo, que lanzó pero no lanzó al diputado y presidente del Comité Provincia, Maximiliano Abad, ahora congeló todas sus acciones, incluido el "megaacto" que iba a realizar en Lanús.
Correligionarios del espacio que capitanea Abad, que paradójicamente se llama Adelante Radicales, están recalculando. Las razones son varias pero se pueden sintetizar en una estrategia conservadora orientada a mantener los puestos de poder y las chances de llegar al Gobierno en algún momento del futuro.
El plan radical se asienta en tres razones: el efecto Javier Milei, el buen acuerdo frente a la mala PASO y la bomba de humo amarillo.
El efecto Javier Milei
Las encuestas que llegan a los comités radicales alertan sobre un impredecible efecto Milei, que no es otra cosa que la posibilidad de que un candidato bonaerense apadrinado por el excéntrico dirigente liberal pueda llevarse 20 puntos, relegando a los candidatos de Juntos a un tercer, cuarto y quinto puesto de manera individual.
De esa manera, analizan en el Comité Provincia, aunque Juntos supere en las PASO los 30 puntos de manera global, el por ahora inexistente candidato liberal bonaerense sería el depositario del “voto útil” en una elección general, llevando al principal espacio opositor a una catástrofe electoral.
Los límites de esta teoría son varios: La Libertad Avanza carece, a un mes del cierre de listas, de ejército propio para pelear la madre de las batallas. No tiene armado y no tiene aparato.
Para que se entienda: llevar candidatos en todas las categorías y en todos los municipios y secciones de la Provincia de Buenos Aires requiere de cerca de 3 mil voluntarios: un candidato a gobernador, un candidato a vicegobernador, 135 candidatos a intendentes, 23 candidatos a senadores, 46 candidatos a diputados, 1097 candidatos a concejales y 401 candidatos a consejeros, todos con sus respectivos suplentes.
Los libertarios apuestan sus chances a dos ejércitos que no están en la calle: uno compuesto por medios que se encargan de inflarlo y cuidarlo; y otro que, desde las redes, le da centralidad a sus propuestas e ideas, tal como reflejó en las últimas semanas una investigación de Hugo Alconada Mon en La Nación.
¿Le alcanza para imponerse en una elección? Imposible saberlo. Pero le sobra para provocar efectos concretos en el escenario político.
Un mal acuerdo es mejor que una buena PASO
Tanto Gerardo Morales como Maximiliano Abad negocian desde hace meses un acuerdo electoral con las palomas del PRO. En la Provincia, Diego Santilli prometió lugares de relevancia en las listas seccionales y sillas en un eventual Gabinete. También hay garantías para los territorios controlados por los boina blanca.
Para la conducción del partido sería un buen acuerdo, incluso mejor -menos riesgoso- que una buena PASO. Hay que decir, también, que es mucho más de lo que María Eugenia Vidal les dio en 2015. ¿Es menos de lo que pueden conseguir si siguen negociando? Hay quienes creen que sí.
“No nos tenemos que apurar; si van a hacer dos listas, es seguro que los dos espacios nos van a venir a buscar”, adelantó, entusiasmado, un intentente de diálogo fluido con las autoridades partidarias. El nombre elegante de ese entendimiento es “fórmulas cruzadas”.
La UCR, acordando al mejor postor, ¿sería capaz de gobernar junto a los halcones amarillos? No parece posible. De hecho, el radicalismo, haciéndose eco de trascendidos, le advirtió a Facundo Manes que le sería difícil de digerir que acompañara a Patricia Bullrich en una fórmula presidencial.
Una bomba de humo amarillo
El imponderable efecto Milei no es la única variable en los cálculos del radicalismo, que no descarta que el anuncio del acuerdo entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta no sea otra cosa que una bomba de humo, una puesta en escena, y que al momento de cerrar las listas el candidato a Gobernador sea uno solo.
Si se diera ese escenario, el nombre apuntado sería el de Diego Santilli. “Tiene más chapa, es el que mejor mide y el que mejor acuerda”, aseguran.
La ventaja de esa situación es el ordenamiento interno de Juntos, que podría plantear sin problemas el famoso escenario de la “Y”: dos boletas largas, idénticas, salvo por el tramo presidencial, en los territorios donde la alianza opositora es Gobierno. PASO abierta, con todos los candidatos que quieran jutar, en los municipios del Frente de Todos.
El riesgo de un acuerdo de ese tipo también se calcula: ¿Qué pasaría con Javier Iguacel, Joaquín De la Torre y el resto de los candidatos del PRO? ¿Podrían hacerse cuerpo en el candidato fantasma de Milei? Advertencia: internarse en esa especulación conlleva el indeseable riesgo de entrar en un loop infinito.
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