La letra con Pfizer entra: Obsesivos intereses por una marca
El famoso refrán que decía "la letra con sangre entra", podría modificarse por estos días, cambiando a la palabra sangre por la marca Pfizer, y en donde la letra que menciona, sería dada por los comunicadores y políticos de la oposición (que a veces se confunden) reiterando una y otra vez la misma consigna.
14 millones perdidas, coimas, negligencia, ideología, desechar, descartar, dejar pasar, ignorar, serían los condimentos acompañantes de esa "melange" que está siendo el nuevo flanco de ataque ante la llegada, ahora sí y por fin, de millones de dosis de otras y variadas vacunas.
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Es que superadas las etapas de "la pandemia no existe", "la cuarentena más larga del mundo","la vacuna es un veneno", "se robaron las vacunas", "las vacunas no llegan", "la escuela no contagia", y frente a la realidad de que el ritmo de vacunación se acelera, la nueva prédica paso a ser "dejaron pasar a Pfizer".
La diferencia de esta consigna con las anteriores es que además de su objetivo proselitista para desgastar al gobierno en un año electoral, se le suman los intereses económicos detrás de una marca en particular de vacunas, cuyo gran propietario es un fondo de inversión ligado a pleitos legales de larga data con otros intereses: los del propio país.
Entonces las dos metas confluyen y se potencian, provocando una ametralladora constante en los medios hegemónicos para instalar la imperiosa necesidad y la inconmensurable necedad del gobierno al no haber cerrado negociaciones con esa vacuna en particular, la famosa Pfizer.
Fruto de este constante machacar, en la gente común se instala que sólo Pfizer es la "Coca Cola" de las vacunas, y que las demás son segundas y terceras marcas con las que nos conforman por ser un país del subdesarrollo, sin futuro y lejos del mundo.
"A la cepa Manaos, vacunas Manaos", parecen instalarnos desde la TV.
Por eso este tipo de videos hechos de modo casero y viralizados en redes son tan necesarios.
En 2 minutos se consigue entender como la táctica no es casual y por qué la instalación de temas a fuerza de repetición, siguiendo la mecánica misma del cerebro humano de aprender la lección de tanto machacar, termina impactando en el ciudadano, que cree como verdad absoluta y revelada que una determinada marca es la líder, y que si se la deja pasar de largo es porque no se entiende nada del asunto, no se valora ni se sopesa lo que es bueno, o porque, simplemente, hay otros intereses o corrupción detrás.
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