Javier Milei en Olavarría: Motosierra en mano y un repertorio lleno de clichés
Javier Milei visitó Olavarría, una de las pocas localidades del interior bonaerense en las que La Libertad Avanza se muestra con serias chances de pelear por la intendencia. En pleno mediodía de viernes y con un sol que se hacía sentir en la “ciudad del cemento”, el economista arribó a la plaza central ante un efusivo grupo de seguidores que lo esperaban en calle Vicente López y San Martín.
Con su inconfundible campera de cuero, el “león” libertario se subió a la caja de una camioneta y apenas completó dos de las cuatro cuadras que estipulaba el recorrido de la caravana. Para sorpresa de muchos – un grupo incluso lo aguardaba frente a la sede del Banco Provincia- repentinamente se bajó y, en medio de un cordón desplegado por su seguridad privada, se pasó al vehículo con el que se movilizó dentro de la ciudad. Desde allí partió hasta el aeropuerto y pudo emprender su regreso (trascendió que la decisión se debió a la urgencia por el despegue del vuelo).
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Acompañaron a Javier Milei durante la visita, la candidata a la gobernación, Carolina Píparo, quien es oriunda de Loma Negra, una de las localidades del Partido de Olavarría, su hermana Karina Milei y la actual concejala de Olavarría y candidata a intendente, Celeste Arouxet.
Completaron la foto, los influencers Agustín Romo – quien es candidato a diputado provincial por la séptima sección- e Iñaki Gutiérrez, Lila Lemoine y la referente regional Geraldine Calvela, entre otros.
Un show para las cámaras que no precisó de palabras
Si bien la actividad de Javier Milei en Olavarría evidenció algo más de público que en sus últimas apariciones- – estuvo ayudado por una estructura local fuerte- el evento se caracterizó por el colorido y la euforia que desplegaron sus seguidores y la curiosidad que despertó en vecinos del centro y transeúntes. Un microclima de alta intensidad para las cámaras de su equipo de prensa , suficiente para el trabajo fino en redes sociales, que deje la sensación de apoyo masivo.
En el llano, un grupo de seguidores se abalanzaron y rodearon el vehículo en el que asomaba Javier Milei. En medio de los empujones y el humo de las bengalas, asomaban cientos de celulares que intentaban tomar algún tipo de registro de lo que sucedía, como si se tratase del público que asiste a campo en un recital de rock.
Durante los 45 minutos que duró el recorrido, se repitieron los cánticos de “la casta tiene miedo” y el “que se vayan todos”, fogoneados por el propio Javier Milei.
No hubo discursos hacia el público y quizás no hizo falta. En un momento, alguien le alcanzó un micrófono y el diputado nacional de LLA intentó hablar. Pero no pudo a raíz de un inconveniente técnico y no volvió a intentarlo.
Javier Milei cumplió con el “di lo tuyo” que le pedían sus fans. Firmó dólares, levantó una pala y hasta hizo crujir una motosierra, el ícono predilecto que el economista liberal utiliza para graficar su voluntad de achicar el estado y visibilizar el enojo de la sociedad con la clase política. Un esquema probado y efectivo que, aunque asume la forma de furia y rebeldía, no hace más que repetirse una y otra vez.
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