

De arriba para abajo, Unión por la Patria necesita fidelizar cada voto conquistado en agosto y sumar más para octubre. El Hurlingham siembra una duda.
Frente al desafío de obtener un resultado positivo en las elecciones generales de octubre que permita al menos entrar a un balotaje, a Unión por la Patria se le está haciendo difícil consolidar la unidad. Esto es especialmente cierto en distritos como Hurlingham, donde vencedores y vencidos no se abrazaron aún.
En ese distrito, Damián Selci, de La Cámpora, batió al intendente Juan Zabaleta en una PASO reñida, con una diferencia de unos 3.500 votos. Y, si bien la lógica indica que el siguiente paso tras la contienda es construir la unidad, esto no se ha dado de esa manera.
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De hecho, el último fin de semana hubo una muestra de que está ocurriendo todo lo contrario. Es que en ese distrito del Conurbano oeste se llevaron acabo importantes anuncios que impactan directamente en el bienestar de jubilados y pensionados.
Lo que debía ser una buena noticia para todos terminó siendo acaparado por -cuándo no-, La Cámpora, que copó el escenario con Luana Volnovich, Martín Rodríguez y el propio Selci, y "se olvidó" de invitar al resto del peronismo local.
Desde el entorno del intendente Juan Zabaleta tiraron la bronca por el destrato. El alcalde no estaba en conocimiento de la actividad y viajó a acompañar a la delegación local a la fase final de los Torneos Juveniles Bonaerenses que se llevan a cabo en Mar del Plata.
Y, si bien planteó la posibilidad de ajustar los horarios para poder estar presente, no encontró eco en sus interlocutores. "Organizan bajadas distritales sin los intendentes anfitriones", se molestó una fuente consultada por este portal.
El concejal Fabrizio Acuña también tiró la bronca. "Me invitaron hace una hora", se lamentó desde las redes sociales. El referente local del massismo planteó la importancia de construir "consenso y unidad" y lamentó que algunos "no lo entiendan" por lo cual, dijo, no pudo acompañar.
La actitud de la dirigencia de Hurlingham podría interpretarse como un hecho aislado si no existieran antecedentes, algunos muy inmediatos, como las polémicas declaraciones con las que Máximo Kirchner pareció intentar esmerilar a Axel Kicillof hace apenas una semana.
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