La tensión en el mercado económico, que venía recalentándose, encendió las alarmas durante la jornada de ayer cuando el dólar en la cotización oficial llegó casi al techo de la banda de flotación que impuso el gobierno, al rozar los 1.400 pesos por unidad. El economista Martín Burgos, al aire de LA CIELO, analizó ese escenario y planteó los límites de la capacidad de intervención del gobierno y si, en definitiva, le interesa o no mantener bajo el precio de la divisa.
Burgos afirmó que son “momentos obviamente que son complejos para todos”, incluyendo a la administración de Javier Milei. Explicó que este escenario resulta complicado por su potencial “traslado a precios” y el efecto que podría tener “sobre la inflación”. Más allá de las cúpulas políticas o empresariales, el economista subrayó que “evidentemente eso, todo esto no es bueno para para Argentina”, ya que “nos termina repercutiendo en el bolsillo de cada uno” y afecta “la planificación de las empresas” que deben importar o realizar proyecciones económicas.
Burgos no dudó en señalar que la situación actual, aunque “no le conviene a nadie”, sucede porque “estructuralmente el modelo del gobierno ya veníamos diciendo que no estaba funcionando”. Detalló que, si bien el gobierno “planchando el dólar había conseguido bastantes réditos” en el “corto plazo, como bajar la inflación, por ejemplo,”, ya se vislumbraba que “todo esto era insustentable”.
En este sentido, describió la jornada del jueves no como un evento aislado, sino como “la resolución de de un problema que se viene incubando” desde abril. En aquel momento, sostuvo, comenzaron a aparecer “malos datos de inflación” y se produjo un cambio en el régimen monetario, con la quita del cepo para las familias. Burgos fue crítico con la gestión de esa etapa, al asegurar que “la forma en que resolvieron esa crisis no fue la la acertada y simplemente lo que hicieron es barrera debajo de la alfombra” el problema.
El FMI mira de reojo
Al abordar la capacidad del gobierno para contener el precio del dólar, Burgos afirmó que existen “muchas herramientas” para aplicar. Entre ellas, enumeró el “aumento de tasa de interés,” el “dólar a futuro” y la “intervención” directa del Banco Central. Señaló que la decisión de actuar depende de la voluntad del gobierno de hacerlo “con fuerza o no”.
Sin embargo, destacó un “conflicto ahí de de raíz” entre el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la administración actual. Explicó que al Fondo “le gusta un modelo con un tipo de cambio más alto y al gobierno no”. Además, advirtió sobre una dinámica preocupante de compra de dólares que se inició tras la salida del cepo, con flujos de “2000 a 3000 millones de dólares por mes” que, dijo, podría “llevar puesto de reservas fácil fácilmente” de aquí a diciembre.
¿Se viene otro pico inflacionario?
Una de las mayores preocupaciones se centra en si el reciente movimiento del dólar se trasladará a los precios, aumentando la inflación. Burgos se alineó con la teoría de que “aumenta el tipo de cambio, aumentan los precios. Si vos planchas el tipo de cambio, planchas los precios”. Y opinó que el gobierno “no estaría tan nervioso si estuviese totalmente convencido” de que su equilibrio fiscal o el control de agregados monetarios son suficientes para contener la inflación.
En su análisis, Burgos sostuvo que la forma en que el gobierno controló la inflación fue “bastante heterodoxa,” principalmente “a través del tipo de cambio”. Su “sensación” fue que “va a haber traslado” del aumento del dólar a los precios, poniendo especial atención en los “alimentos”. Recordó el precedente de marzo, cuando la reducción de las retenciones al 25% provocó un incremento inmediato del 5% en el precio de los alimentos, impactando en el Índice de Precios al Consumidor (IPC).
Esta advertencia adquiere valor de cara al proceso electoral que se avecina. Burgos señaló que la “clave” reside en “si eso se traslada a precios o no”. Advirtió que si el 14% de aumento del dólar en julio se traduce en “dos tres puntos por mes este a la inflación,” esto “va a generar mucha preocupación”. Tal escenario podría “disparar un montón de conflictos sociales, conflictos laborales”.
La ciudadanía podría, en ese escenario, cuestionarse: “hicimos un montón de sacrificios para supuestamente controlar los precios y medio que llegamos al punto donde estábamos inicialmente”. Finalmente, Burgos proyectó que un problema inflacionario de esta magnitud “va a generar este un impacto muy fuerte” y que “lo van a terminar pagando electoralmente este todo el sistema político”, no solo el gobierno, sino la política en general.