Fernández se mete de lleno en la crisis de la Policía de Kicillof
El Gobierno de Alberto Fernández prepara un nuevo y contundente gesto de respaldo hacia Axel Kicillof, que enfrenta por estas horas una delicada crisis de Gobierno por el reclamo salarial de miembros de la Policía Bonaerense, que están al borde del acuartelamiento que tuvo un episodio especialmente grave cuando rodearon la residencia oficial del Gobernador.
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Las aguas no se calman. En las últimas horas, al menos una decena de móviles de la Policía Bonaerense se apostaron sobre la Avenida Maipú, frente a la Quinta de Olivos, para trasladar el reclamo que se extiende en territorio bonaerense al presidente Alberto Fernández. Desde el entorno presidencial advierten que el apoyo a Axel Kicillof “es absoluto”, a tal punto que el gobernador volverá a encontrarse hoy a las 18 con el presidente en Olivos.
Kicillof llegará a las seis de la tarde a Olivos para mantener un nuevo encuentro con Fernández: el segundo del día, si se tiene en cuenta el acto que compartieron al mediodía en Quilmes. De la cumbre participará también el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; aunque la presencia de Berni ya fue descartada, así como la de Sabina Frederic.
Al momento, aunque se especuló con la posibilidad de que Fernández utilizara la cadena nacional para enviar un mensaje concreto y directo, no hay nada definido, pero suena cada vez más fuerte. “Todo va a depender de lo que se hable en la reunión”, aclaran desde el Ejecutivo. Un dato no menor es que desde la UTEP se está convocando para las 20 horas una marcha a Olivos para apoyar al gobernador y al presidente, con el lema “Paz y democracia”.
La preocupación de Alberto Fernández se disparó el lunes por la madrugada, después de la primera marcha a la gobernación bonaerense. Fernández se comunicó con Kicillof y le garantizó dos cosas: los fondos para poder hacerle frente a una oferta de incremento salarial “rápida y efectiva” y el absoluto respaldo político del Ejecutivo. “No estás solo”, le aseguró.
Con el reclamo de la Policía ya en el portón verde de Olivos y el hombre que intentó atacar la residencia presidencial durante la madrugada con una bomba molotov casera, el presidente marcó su posición en el acto de Quilmes. “El gobierno nacional no se va a hacer el distraído, va a afrontar el problema como lo hacemos siempre junto al gobernador, Axel Kicillof, somos amigos en la misma causa y estamos comprometidos con lo mismo. Esto no se resuelve escondidos en patrulleros y tocando la bocina”.
La posición de Fernández va en línea con la del Frente de Todos: se trata de un reclamo salarial que “se desmadró” y que busca ser capitalizado por el ala más dura de la oposición. El repudio a las declaraciones de distintos referentes de Juntos por el Cambio se hizo sentir desde todos los sectores de la Coalición, pero tuvo su cierre final con la crítica directa del presidente: “Les pido, ante las voces apocalípticas, que vean todo lo que hemos avanzado. Estamos levantándonos de un tiempo difícil, cargando la mochila que recibimos en diciembre del 2010”.
Cristina, Berni y el fuego amigo
Quien también sigue de cerca lo que sucede es Cristina Fernández de Kirchner, que recuerda con nitidez los alzamientos de la misma Policía del año 2013 y sus implicancias políticas. Las comparaciones con lo sucedido están a la orden del día y no son pocos los miembros del Frente de Todos los que recuerdan que era Berni quien por ese entonces ostentaba el cargo de ministro de Seguridad de la Nación.
“A Cristina se le juegan dos cosas: Kicillof y Berni”, reconocen desde la Coalición. El gobernador es uno de los alfiles políticos de la vicepresidenta y, pese a la resistencia interna que genera, Berni cuenta todavía con su apoyo “casi incondicional”. Al momento, el funcionario fue ratificado en su cargo por el jefe de gabinete de Kicillof ante los medios, aunque desde La Plata “no descartan” modificaciones en el gabinete.
“No es momento de pensar en eso. Hoy la atención está puesta en destrabar el conflicto. Después, se tomarán decisiones con respecto al accionar de los efectivos y de los funcionarios”, reconocieron. El dato no es menor si se tiene en cuenta que, por fuera de la “novela Berni”, uno de los principales reclamos de los efectivos es que no haya “represalias” por las movilizaciones ilegales.
Quien también mantiene una comunicación constante con Kicillof es Sabina Frederic. “Están al teléfono y estamos alertas”, reconocieron desde la cartera de Seguridad de Nación, al tiempo que aclararon: “No vamos a mandar a la Gendarmería”. La decisión va en línea con la que se tomó en las últimas horas en Olivos: “Lo que buscan es el choque y no vamos a entrar en eso”.
Frederic fue una de las primeras funcionarias en salir a marcar la cancha. Habló de un “reclamo salarial” y desestimó cualquier intencionalidad política. “No podría afirmar que son cuestiones políticas. Los reclamos son muy acotados, muy puntuales y creo que se producen también porque hay estrés y mucha demanda”.
La aclaración no fue casual: es en Berni en quien recae la responsabilidad de las condiciones de los efectivos de la Policía Bonaerense. La ministra también detalló que hubo “episodios parecidos en Misiones, La Rioja y Santa Fe” que ya fueron resueltos. La comparación no es ingenua. “Tuvo demasiado tiempo para hacer su show mediático y muy poca escucha para con su propia fuerza. ¿No la vio venir? ¿Por qué escaló tanto el conflicto?”, se preguntan desde el sector más crítico del Gobierno.
El malestar de Alberto Fernández con el ministro bonaerense viene de hace tiempo, pese a que en las últimas semanas intentó apaciguar las aguas y lo sumó –aunque con poca visibilidad- al acto del viernes, en el que presentó el plan de seguridad para la provincia. Desde el entorno presidencial no descartan retomar la vieja decisión de llevar adelante una purga en la policía bonaerense, ni de pedirle la renuncia al ministro de Seguridad bonaerense; todavía sostenido con convicción por la vicepresidenta.
Sin embargo, también existe un sector del Frente de Todos que considera que una eventual salida de Berni sería más perjudicial. “La continuidad o no de un ministro no puede estar condicionada por la agenda de los medios o la oposición. No vamos a dejar que nos marquen la cancha cada vez que intentamos avanzar con proyectos o decisiones políticas que no comparten”.
“De esta se sale fortalecidos”, es la arenga del entorno de Kicillof, quien tomó la decisión política de no negociar con la Fuerza, por la inconstitucionalidad de la medida. “No hay una negociación paritaria, porque no está permitida la sindicalización de la Policía. Por cómo funciona esto, no habrá una oferta que se tenga que validar. La suba es una determinación que va a tomar el Gobierno provincial y anunciar por decreto”, anticipó Carlos Bianco.
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