Fue una de esas charlas que arrancan con un chiste, se desordenan con filosofía de sobremesa y terminan con alguien insinuando una candidatura presidencial, Alejandro Fantino hizo algo que viene haciendo cada vez más seguido: jugar al gurú político. Esta vez no fue con Javier Milei, su viejo invitado de Animales Sueltos, sino con Pedro Rosemblat, conocido originalmente en la TV como “El Cadete”, aunque ya instalado como conductor y mentor del streaming de Gelatina, pareja de Lali Espósito, streamer estrella y, para muchos, el comunicador más influyente del peronismo joven.
“Vos sos la renovación del peronismo. ¿Te guste o no te guste?”, le tiró Fantino sin anestesia, en su streaming Neura.
Rosemblat se río, amagó con esquivar el bulto, pero la línea estaba trazada. Fantino fue por más: “Yo estoy hablando con un chabón de 35 años que vas a tener un lugar importante en política. Y te lo digo mirándote a los ojos: yo lo tuve a Milei en Animales Sueltos, una noche peleando con Ismael Bermúdez. Agarró la carpetita, se paró un taxi y se fue. Y hoy es presidente. Entonces, yo no puedo asegurar que no te toque algún día”.
“Vos sos la renovación del peronismo”
Así, sin preámbulos, lo colocó por encima de la fauna tradicional del PJ. “No es Moreno, no es el hijo de Cristina, Máximo, no es Kicillof. Están muertos esos”, sentenció. Y ahí mismo, casi sin que Pedro lo pidiera, lo entronizó como el futuro del peronismo. O mejor dicho, como el primer streamer bendecido con la legitimidad de un outsider político, esa categoría millennial que Milei puso de moda: el famoso que puede saltar de la pantalla al Congreso sin escalas.
Pero claro, Pedro no se la dejó tan fácil: “Me van a tirar carpetazo”, advirtió. Y sí claro, el pasado nunca se borra del todo. Aunque Fantino, como buen anfitrión generoso, insistió: “No te lo tiro el fardo. ¡Hacete cargo, si a vos te gusta!”. Cuando Rosemblat le pregunta a su vez si a él le gusta la política, Fantino responde con una actuación de candidato en plena campaña:
–“¿Vas a ser gobernador de Santa Fe?”, le tira Pedro.
–“No lo sé. Por ahí sí. Pero eso es lo que inaugura Milei. Puedo llegar a ser gobernador de Santa Fe sin que me guste la política. Porque quiero ayudar a Santa Fe. No lo hago por política. Lo vomito al político de Santa Fe. ¡Chupame la pija, diputado!”, dispara, sin filtro.
Más allá del acting y el delirio simpático, lo cierto es que lo que hace Fantino es serio: construye una legitimidad desde el poder mediático que él mismo dice haber usado para hacer presidente a Milei, y ahora se la ofrece a Rosemblat. “¿Sabés que Milei te abrió a vos la puerta, boludo?”, le dice. “Milei inaugura la época de los vos, de los Pedro Rosemblat.”
El peronismo de Twitch y YouTube
Y Pedro, que ya coqueteó con una precandidatura en 2023 y no llegó ni a ganar la interna, esta vez escucha en silencio, como tomando nota. Se acuerda de los suyos: “Hay un compañero en la lista de Leandro Santoro, Federico Mochi… tiene mi edad o un poco menos. Pero hay muchos más en las bases. El peronismo está más potente ahí que en las cúpulas, eso no tengo duda”.
Lo más curioso es el marco: Fantino, padrino mediático del libertarismo, ahora parece bendecir a una de las caras más frescas del progresismo nacional. ¿Contradicción? Tal vez. ¿O una señal de que, en esta era de streamers y virales, la política se empieza a cocinar en los micrófonos de Twitch más que en las unidades básicas?
En el fondo, quedó flotando una pregunta: ¿aceptará Pedro el guiño y se lanzará, con el dedazo simbólico de Fantino, a ocupar ese lugar vacío que ya nadie llena desde la vieja política?
Habrá que ver. Por ahora, como dice él, se vienen los carpetazos. Pero también, quizás, los afiches.