Elecciones en Estados Unidos: Lo que siempre quisiste saber y no te animás a preguntar
Aquí descubrirás cómo funciona el curioso sistema de elección en Estados Unidos y todas las claves para entender quién realmente decide al próximo presidente
Este martes se elige quién será el próximo presidente de Estados Unidos, y la carrera está entre dos nombres fuertes: Donald Trump, el candidato republicano, y Kamala Harris, la candidata demócrata y actual vicepresidenta. Puede parecer un proceso complejo, con sus particularidades y diferencias con otros países, especialmente en comparación con el sistema argentino.
Entender estas elecciones podría no ser tan sencillo.
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Por esa razón, en esta guía, te explicamos todo lo que podrías querer saber sobre el sistema electoral estadounidense (y nunca te animaste a preguntar).
¿Por qué se vota un martes?
Las elecciones en Estados Unidos se celebran el primer martes después del primer lunes de noviembre, lo cual resulta bastante curioso para quienes estamos acostumbrados a votar los domingos.
Esta tradición se remonta a mediados del siglo XIX, cuando la mayoría de la población vivía en zonas rurales y debía viajar largas distancias para llegar a las urnas. Votar el martes permitía a las familias asistir a la iglesia el domingo, viajar el lunes y votar el martes. Aunque hoy esta razón suena bastante anticuada, el calendario electoral nunca cambió.
Voto anticipado y por correo: ¿por qué muchos ya votaron?
Una particularidad del sistema estadounidense es que permite votar antes del día oficial. Esto se llama "voto anticipado", y muchas personas optan por esta vía, ya sea por comodidad o por miedo a las largas filas.
Además, existe el voto por correo, una opción que millones de personas utilizan, especialmente en estados donde es difícil o complicado desplazarse.
En las últimas elecciones, con la pandemia de COVID-19, el voto por correo creció exponencialmente. Esta modalidad también permite que el conteo de los resultados se extienda por días o incluso semanas, ya que escrutar el voto postal puede ser lento.
El sistema de los "electores" o el Colegio Electoral
Una de las mayores diferencias del sistema estadounidense respecto a otros países, incluido Argentina, es el llamado "Colegio Electoral", que nuestro país supo tener hasta la reforma constitucional de 1994.
Cuando los estadounidenses votan, en realidad no eligen directamente al presidente, sino a los "electores" que se comprometen a votar por uno u otro candidato en representación del estado.
Estos electores son la clave para ganar. En total, hay 538 electores, y para ganar, un candidato necesita al menos 270 votos.
¿Confuso? Sí, bastante. Cada estado tiene asignado un número de electores basado en su población (California, el más poblado, tiene 55; Wyoming, uno de los menos poblados, tiene solo 3).
Cuando un candidato gana la mayoría de los votos en un estado, se lleva todos los electores de ese estado, excepto en Maine y Nebraska, que tienen un sistema algo distinto.
Este sistema de "el ganador se lleva todo" ('winner take it all', como el tema de ABBA) es el que permite que un candidato pueda ganar la presidencia sin haber obtenido la mayoría del voto popular, algo que pasó en 2000 y 2016.
¿Por qué existen estos "estados clave"?
No todos los estados tienen la misma relevancia a la hora de decidir la elección. Esto se debe a que algunos, llamados "estados bisagra" o "swing states", no tienen un historial sólido de votar siempre por el mismo partido.
Florida, Ohio y Pensilvania, por ejemplo, son estados que pueden inclinarse tanto hacia los demócratas como hacia los republicanos, y, por eso, reciben una atención especial de ambos candidatos.
Es en estos estados donde los candidatos se juegan todo y donde las campañas se vuelven más intensas, ya que ganar o perder allí puede significar la diferencia entre obtener o no esos 270 votos del Colegio Electoral.
En las últimas décadas, el mapa de estados bisagra ha cambiado un poco. Ahora, estados como Arizona y Georgia, que tradicionalmente eran bastiones republicanos, están siendo disputados por los demócratas. En esta elección 2024, hay mucha atención en estos estados que podrían inclinar la balanza.
¿Puede ganar el que no tenga más votos? Sí, y así es como sucede
Este sistema de Colegio Electoral puede dar resultados sorprendentes. No es necesario que un candidato tenga más votos a nivel nacional para ganar la presidencia, sino que consiga el mayor número de electores.
Es lo que ocurrió en 2016, cuando Trump ganó pese a tener menos votos que su rival Hillary Clinton, y en 2000, cuando George W. Bush se impuso con una victoria muy ajustada en Florida sobre el demócrata Al Gore, asegurándose así los electores de ese estado y, con ellos, la presidencia.
La elección de 2024: ¿qué la hace tan especial?
Hay varias razones que hacen de esta elección algo único. Para empezar, es una elección entre Donald Trump, un ex presidente republicano que intenta regresar a la Casa Blanca, y Kamala Harris, actual titular del Senado y vice de Biden, quien de ganar sería la primera mujer presidenta y la primera presidenta de origen afrodescendiente y asiático.
Además, las tensiones sociales y políticas son especialmente intensas, lo que genera un clima de incertidumbre que se refleja en la polarización de los votantes y la presión en los estados bisagra.
Por otro lado, esta elección llega en un contexto de fuertes debates sobre los derechos de los votantes. Varias leyes recientes restringieron el acceso al voto en algunos estados, lo que provocó un amplio debate sobre la equidad del sistema y los derechos civiles.
¿Es este sistema el más democrático? Pros y contras
Si lo comparamos con el sistema argentino, donde el presidente es elegido por voto popular directo, el sistema estadounidense puede parecer extraño o incluso menos democrático.
Pero para muchos estadounidenses, el Colegio Electoral es una manera de equilibrar el poder entre estados grandes y pequeños. Los críticos, en cambio, argumentan que este sistema da una ventaja desproporcionada a ciertos estados y reduce el valor del voto en otros.
Lo que es indudable es que el sistema estadounidense tiene una historia arraigada y responde a la organización federal del país, donde cada estado tiene cierto grado de autonomía.
En Argentina, en cambio, la elección directa garantiza que el presidente sea quien reciba más votos a nivel nacional, lo cual evita que un candidato llegue a la presidencia sin tener el apoyo mayoritario del país.
¿Qué esperar?
La noche electoral en Estados Unidos puede ser maratónica y hasta confusa, especialmente cuando los resultados de algunos estados llegan horas o días después.
Así que, si tenés ganas de seguir la jornada, armate de paciencia, porque los números pueden dar giros sorprendentes.
Mientras tanto, ahora sabés un poco más sobre cómo funciona este sistema tan particular y las razones que hacen que el resultado final no siempre sea el que uno esperaría en un sistema de elección directa. ¡A prepararse para el suspenso!
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