Dos viejos compañeros de la facultad se reencontraron ayer para almorzar. La noticia no tendría mucha relevancia si no se tratara del presidente electo Javier Milei y del intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, del PRO.
En medio de un escenario complejo desde lo político -la oposición acaba de rechazar un pedido de autorización de Axel Kicillof para contraer deuda para equilibrar las cuentas del año-, el encuentro generó muchas suspicacias.
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Desde el entorno de Valenzuela se encargaron de explicar que la reunión fue de índole personal, que almorzaron bife de chorizo con ensalada y que no había demasiado de contar.
Con el correr de las horas aparecieron versiones que fueron descartadas de plano. Voceros del intendente de Tres de Febrero descartaron de plano que pudiera integrarse a los equipos del nuevo gobierno. “Diego no se mueve del municipio”, señalaron, categóricos.
También negaron que el periodista e historiador hubiera llevado a cabo algún tipo de negociación política, de manera individual o en representación de un grupo de dirigentes.
Sí admitieron que se habló de política y específicamente de lo que acontece en la provincia de Buenos Aires. “El presidente no tiene dirigentes que sepan lo que pasa en La Plata y en el resto del territorio así que se le dio un pantallazo”, blanquearon.
Ese pantallazo tiene que ver con la delicada situación de las cuentas de la Provincia, siempre en jaque por el reparto injusto de la coparticipación y frente a la posibilidad de que se terminen los aportes extraordinarios que envió nación durante los últimos cuatro años y que significan el 26 por ciento del gasto.
Los comentarios no fueron necesariamente positivos respecto de la gestión de Axel Kicillof, sino más bien lo opuesto. Valenzuela relató que la planta política aumentó un 83 por ciento respecto de lo que dejó María Eugenia Vidal y que hasta ahora la administración no da muestras de prepararse para un tiempo que trae el signo de la austeridad.
No se dejó de lado la cuestión del malogrado pedido de autorización para tomar deuda. Ahí, el alcalde PRO le planteó al Presidente el mismo análisis que el partido hizo en la Legislatura. “Es un parche inaceptable para hacer colchón”, fue el diagnóstico.
La noticia del mano a mano entre Valenzuela y Milei repercutió a ambos lados de la Plaza San Martín, donde trazaron un vínculo directo entre la posición de los amarillos y la cercanía de Javier Milei.
“El nuevo oficialismo nacional es La Libertad Avanza junto con el PRO”, razonó una fuente legislativa, apostando a generar una grieta respecto de la UCR que al menos hasta ahora no se deja ver.
Más allá de la chicana, la hipótesis de una sociedad con el nuevo gobierno y especialmente con algunos de sus miembros -por ejemplo el designado ministro de Economía, Luis Caputo- es la explicación más firme que Unión por la Patria encuentra para la posición asumida en lo Legislativo.
Es que hay varios municipios PRO que necesitan fondos frescos para cerrar el año en equilibrio y no parecen desesperados por hacerse de ellos. “Con Caputo en Economía les van a llover ATN y nos vamos a enterar”, razonaron en la Legislatura.
Caída esta instancia legislativa y sin tiempo para reflotar el proyecto, ahora los ojos están puestos en la votación de la Ley de Presupuesto y de la Ley Impositiva que, se presume, llegará con un nuevo pedido de endeudamiento, esta vez apuntado a 2024.
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