

El conflicto en Chaco puso de relieve nuevo eje de campaña de Patricia Bullrich: buscar lugares de confrontación "con los k" que potencien contenidos en redes.
Patricia Bullrich fue protagonista este lunes de un tenso momento con un grupo de “militantes K” en Chaco. A horas del triunfo de Juntos sobre Jorge Capitanich, intentó sacarse una foto en el Barrio Emerenciano Sena de Resistencia, lugar que lleva el nombre del dirigente detenido por el crimen de Cecilia Strzyzowski.
El hecho podría pensarse como aislado y circunstancial. Pero toma otro relieve si se observan las últimas acciones de comunicación de la exministra de Seguridad en las que se reconoce un mismo patrón: Visitas fugaces a lugares previamente identificados como epicentros de la “corrupción de los k” para potenciar contenidos en redes.
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En sintonía con el “tour en mortorhome” planificado por el equipo de campaña de Patricia Bullrich, que prevé visitar 14 provincias, cada recorrida incluye una parada obligada en algún sitio que se haya convertido en noticia y haya indignado a la opinión pública aunque poco importe el contexto o el desenlace de los hechos.
El primer lugar fue frente a la Base Aérea de El Palomar, en la que Bullrich defendió los vuelos comerciales low cost de los tiempos macristas y que fuera clausurada por el gobierno del Frente de Todos. Desde allí, sentó las bases de un acciona que repite en cada una de sus incursiones: “Vamos a terminar con el kirchnerismo”.
Como parte de sus salidas del fin de semana, en la ciudad de Olavarría reprodujo la metodología. Pese a que el intendente Ezequiel Galli, un Jefe Comunal que en las PASO se alineó con Diego Santilli, había ideado un acto frente a la Guardia del Hospital Municipal- buscaba a su vez dar una respuesta ante las críticas de la provincia- desde el equipo de Bullrich sorprendieron con un cambio a último momento. La actividad y el diálogo con los medios se produjo en la sede del Hospital provincial de Oncología, donde a comienzos de la pandemia se perdieron 400 vacunas.
A través de un breve video, reseñó que “Olavarría tiene uno de los primeros vacunatorios del país y en vez de utilizarlo las pusieron en el freezer de un sindicato”. El video fue grabado desde la puerta y sin interacción con las autoridades.
El episodio fue juzgado por la Justicia y la causa fue archivada al determinarse “que no hubo delito culposo y que la causa se debió a una falla "fortuita" del freezer. Tampoco se hizo mención a que, unos pocos meses después, otro corte de energía afectó al vacunatorio municipal – Banco de leche- y se perdieron más de 1100 dosis del calendario anual.
La otra rauda visita se produjo en las inmediaciones de la Unidad 2 de Sierra Chica, sede carcelaria recordada por el sangriento motín a fines de los 90’.
“Recuerdan la cárcel de Sierra Chica donde recordamos la historia de una jueza que nunca contó lo que le pasó adentro de esa cárcel, donde hubo situaciones extremas. Y ahí le vamos a decir a los delincuentes que sigan votando a Massa que nosotros queremos el voto de los ciudadanos” lanzó desde El Palomar, antes de la visita.
Pero poco y nada de eso pasó. Apenas unos minutos en los que Bullrich asomó en cercanías a la cárcel para grabar unos segundos de video para las redes y mencionar que en pandemia “el kirchnerismo liberó presos y el que las hace las paga”.
Pocas horas más tarde se produjo el incidente con militantes en Chaco que fue todo ganancia para Bullrich. “Hasta ahí no más”, la frenó una de las vecinas del barrio y la candidata de Juntos replicó: “Yo soy libre para estar en mi patria como quiera”.
El video rapídamente fue incluido en la narrativa de la candidata de Juntos, quien alardeó: "Con nosotros se terminan las organizaciones paraestatales mafiosas".
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