OPINIÓN

El Canal Magdalena y el Puerto Región Capital deben contemplar la seguridad portuaria

Eduardo Villalba, especialista en Seguridad, alerta sobre la falta de una política en este aspecto para el puerto Región Capital y el Canal Magdalena.

Hace unos pocos días quedó constituída la Comisión Asesora del Canal Magdalena, que había sido creada por el Ejecutivo provincial por Decreto 1249-2024, en el ámbito del Ministerio de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires.

Luego de ello se sucedieron encuentros y charlas de presentación de la misma y los legítimos motivos que la convocan, reconociendo entre ellos los de una materia pendiente que de concretarse, serviría de motor e impulso productivo no solo para la Región Capital Ampliada de la provincia, sino para el desarrollo comercial fluvial del país, que de forma soberana instalaría una ruta propia y ágil de comercio hacia el mundo, vía océano Atlántico.

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El desafío, que asumió el Gobernador Kicillof allá por abril del presente año, abriga la esperanza de la futura creación de miles de puestos de trabajo, el redimensionamiento del Puerto La Plata (o del Puerto de la “Ensenada de Barragán”, o de la “Región Capital en la Ensenada de Barragán”) y la externalidad positiva a nivel económico e infraestructural que provocará en las localidades vecinas y la provincia toda.

La mencionada Comisión Asesora que está integrada con justicia, por parte de los impulsores del proyecto que explica la condición estratégica de la profundización y dragado del Canal Magdalena, se nutre también de especialistas en la materia, y representantes tanto de las localidades involucradas, como de las actividades fluviales-portuarias. Llamativamente ni en la composición de la Comisión, ni en los considerandos y funciones desarrollados en el Decreto que la crea, el tema de la Seguridad aparece, siendo éste uno de los ejes que se deben tener en cuenta y desarrollar al momento de encarar una empresa como la que se propone.

“A Dios rogando y con el mazo dando”

En innumerables ocasiones, se ha tildado a reivindicaciones del campo popular (o progresismo -¿se puede decir?-) de voluntaristas o carentes de sustento que las puedan hacer viables.

La decisión política y compromiso del Gobernador, sobre las formulaciones y el trabajo denodado de quienes le acercaron la propuesta, ha sido un punto de partida crucial para la puesta en marcha de la operatividad del Canal Magdalena. La posterior instalación en medios de comunicación regionales y algunos nacionales, y la realización de actividades sociales y deportivas con el objetivo de “anclar” el tema, también son una incipiente manera de comenzar a andar un largo camino que hay que robustecer con planificación territorial estratégica y obras.

En este sentido, es bueno señalar que además de comenzar la obra primaria en base a los estudios ya existentes (el Canal), es necesario trabajar sobre las condiciones de uno de los principales receptores, como es el Puerto La Plata y su entorno.

Toda actividad portuaria moderna, de calidad y competitiva, se basa en los siguientes pilares:

  • Capacidad operativa
  • Logística y conectividad
  • Desarrollo del área comercial
  • Innovación tecnológica
  • Seguridad

En los últimos años, el Consorcio del Puerto La Plata ha tenido una gestión acertada en varios de estos aspectos, pero para asumir el desafío que le plantea una obra como la del Canal Magdalena resulta impensado que algunos de ellos permanezcan dormidos, subejecutados, o simplemente ignorados.

El Puerto de la Plata ofrece actualmente una gestión en materia de Seguridad, que no se encuentra acorde a la magnitud del proyecto que se propone. Sin una política de seguridad portuaria para la Región Capital Ampliada, el Proyecto del Canal Magdalena pierde seriedad y queda al borde del voluntarismo.

¿Cuáles son los desafíos en materia de Seguridad de la anunciada obra del Canal Magdalena?

Para ilustrar la complejidad de un plan de Seguridad que el Puerto La Plata y la Región debieran ir diseñando para llegar con sustento al momento en que el Canal Magdalena se haga una realidad, basta mencionar dos aspectos sobresalientes consecuencia del proyecto:

  1. Con la ejecución y operatividad del Canal Magdalena, éste se vinculará naturalmente con la Hidrovía Paraguay-Paraná en su salida hacia el Río de la Plata primero, y el Océano después.
  2. El Puerto La Plata, recibiría un importante porcentaje de la operación que hoy detenta el Puerto de Montevideo, en especial en lo que hace a la contenerización que sale (y viceversa) a otros países de Latinoamérica, Europa y Oceanía.

Ambos presupuestos conforman un dato significativo en materia de seguridad, teniendo en cuenta que el delito complejo de la región, se ha movido con sostenido desarrollo en los últimos años, y particularmente en las mencionadas vías de comercialización fluvial. Dieron cuenta de ello las incautaciones récord, principalmente de cocaína procedente de distintos carteles latinoamericanos en importantes puertos de Europa, y algunas de ellas con ramificaciones en Asia y Oceanía, producto de la reconfiguración del mercado internacional ilegal de drogas.

Si bien no se desconoce que la actividad principal de la tarea de inteligencia criminal y persecución de las organizaciones criminales debe darse entre las Fuerzas de Seguridad, la Autoridad Aduanera y la Justicia, también es cierto que las instalaciones portuaria seguras, son un eslabón importante para el impedimento de la contaminación de las cargas, y la proliferación de actividades delictivas (por acción u omisión) camufladas en movimientos comerciales/productivos.

Si bien normativa que refiere al Derecho Internacional restringe el control de cada uno de los contenedores, acciones de cooperación y prevención interna de los puertos, sumando tecnología y protocolización de la operatoria en perspectiva segura, mejorarían preventivamente la eficiencia de las Fuerzas de Seguridad, y darían garantías (valorada en servicio), tanto para la emisión como para la recepción de la mercadería operada.

Dado que en Argentina tiene que comenzar la postergada discusión sobre el control de las terminales portuarias en materia de seguridad, entre otras cosas conforme el Convenio Internacional sobre la Seguridad de Contenedores (CSC, Ley 21.967, promulgada en 1979), para que sea visualizada como un país enemigo de la proliferación del narcotráfico en la región y su salida hacia el mundo, resulta necesario introducir éste tema entre los constitutivos del Canal Magdalena, que puede ser un punto de partida para ser tomado por toda la actividad marítima/fluvial comercial, necesaria para el desarrollo económico del país.

¿Qué debe tener un proyecto soberano de Seguridad Portuaria, que esté acorde al desafío del Canal Magdalena?

El fortalecimiento de los sistemas de seguridad y protección de instalaciones del Puerto La Plata y la región deberán tener en cuenta los siguientes ejes:

  • Desarrollo de análisis y relevamientos en relación a la seguridad de predios, instalaciones portuarias, y trabajadores del Puerto La Plata, como así también de la complementación con los complejos de seguridad locales de los municipios vecinos, Provincia y Nación.
  • Sistematización de la información y conformación de informes sustanciados en observación, datos y mediciones. Construcción de estadística propia.
  • Participación en el área respectiva que funcione bajo la órbita de la Hidrovía Paraguay-Paraná.
  • Protocolización y redefinición de la seguridad física y de los centros de monitoreo.
  • Desarrollo de proyectos de inversión tecnológica preventiva, para el uso del Puerto, sus arrendatarios y operadores (servicio arancelado), y las autoridades de seguridad y/o aduaneras (Scaners, radioscopía de doble haz, cámaras, software predictivo, IA, comunicación, etc).
  • Cooperación interjurisdiccional e internacional.
  • Dialogo con los servicios de Justicia Federal y local, en pos de la potencial actividad y sus consecuencias en materia de seguridad y justicia.
  • Diseño de capacitaciones en materia de seguridad y especialmente seguridad portuaria.
  • Concepción integral de la seguridad portuaria, en la que no sólo se atienda la problemática delictual (preventiva o persecutoria), sino que se incorpore también la gestión de riesgo (mitigación, manejo de fuego, seguridad sanitaria, etc).
  • Estudio y readecuación de los planes PBIP para el Puerto La Plata.
  • Estudio y readecuación de los planes de seguridad de las Infraestructuras Críticas que funcionan en el complejo portuario.
  • Gobierno de la seguridad, que sume al conocimiento técnico profesional, la perspectiva política que el proyecto conlleva.

Conclusión

El proyecto del Canal Magdalena es una ocasión sin igual para conjugar reinvidicaciones históricas (su formulación estratégica fue pensada por patriotas en los inicios de nuestra conformación como Nación), con desarrollo de la matriz productiva provincial nacional. Mas para ello, es necesario preparar el terreno, para sortear los flancos débiles que hoy existen, y que podrían malograr una buena iniciativa,

La seguridad integral, se debe trabajar desde ahora, en los ámbitos en donde se discute el Proyecto, y en los espacios concretos en donde se desarrollará la futura expansión de la actividad productiva comercial. Para no delegar ni pecar de ingenuos una vez más, es urgente incluir el tema de la Seguridad en la agenda del nuevo desarrollo.

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