Mientras el país se encuentra sumido en una de las crisis económicas y sociales más profundas de su historia, con una inflación galopante, una pobreza creciente y una deuda insostenible, uno de sus representantes políticos se dio el lujo de viajar a Europa y asistir al carnaval de Venecia, una de las fiestas más exclusivas y costosas del mundo.
Se trata de Damián Arabia, diputado nacional por el PRO, el partido que sostiene a Javier Milei, quien impulsa un severo plan de ajuste fiscal y monetario que está provocando el descontento y la movilización de amplios sectores de la sociedad.
Arabia, que es la mano derecha de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y uno de los principales defensores de la ley ómnibus que fracasó en el Congreso, no tuvo reparos en compartir en sus redes sociales fotos y videos de su viaje, en el que se lo ve con el típico antifaz del carnaval veneciano, paseando por Madrid y bebiendo vino en el VIP de un aeropuerto.
QUE EL PRIVILEGIO SE CONVIERTA EN CARNAVAL
El costo de la entrada al carnaval de Venecia, sin incluir el disfraz, ronda los 600 euros, y el alojamiento es casi imposible de conseguir, por lo que suele superar los mil euros por día. Además, el boleto de avión en clase business, que Arabia presumió de haber usado, cuesta unas cinco veces más que en turista.
El contraste entre el derroche del diputado y la realidad de millones de argentinos que sufren las consecuencias del ajuste de Milei es evidente. Además, hasta hace pocas horas, ese derroche era uno de los “caballitos de batalla” del propio Arabia.
En su último discurso en el Congreso se mostró angustiado por la situación de los argentinos y dijo que “no saben cuánto va a estar el kilogramo de pan, de leche, el paquete de yerba”, parece haber olvidado sus palabras y haber optado por el disfrute personal por sobre el compromiso con sus representados.
Su viaje generó una ola de críticas y repudios en las redes sociales y en la oposición, que lo acusaron de ser un “cínico”, un “insensible” y un “caradura”. Sin embargo, el diputado no se amilanó y respondió con desafío a sus detractores.
“Lo que yo haga con mi vida privada, con mi orientación sexual y mi tiempo libre, no debiera ser tema de conversación pública. Que intenten atacarme con eso para no discutir mis ideas, demuestra que les estoy tocando los kioskos y tienen miedo. Así que saben qué? No voy a parar”, escribió en su red social X.
SILENCIO DE PATRICIA BULLRICH
El carnaval de Venecia, que este año volvió a inaugurarse con la “Festa Veneziana sull’acqua”, es decir, la fiesta del agua, y que tuvo como uno de sus puntos temáticos las aventuras de Marco Polo, es considerado uno de los eventos culturales más importantes y antiguos de Europa, y atrae a miles de turistas de todo el mundo cada año.
Pero para Arabia, parece ser más que eso: una forma de escapar de la realidad del país y de mostrar su poder adquisitivo, sin importarle el malestar y la indignación que pueda causar en el resto de los compatriotas que no pueden pagar lo básico para subsistir.
Su mentora política, Patricia Bullrich, aún no se pronunció al respecto.


