"Cuesta abajo": el tango que los medios ejecutan para Javier Milei
En la letra del tango de Carlos Gardel "Cuesta abajo" parece resumirse el presente del candidato libertario Javier Milei ante la andanada operatoria de los medios, que de edificarlo como el nuevo "outsider" llegado para destronar a "la casta", ahora lo desechan cual objeto usado e inservible.
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Javier Milei se siente traicionado.
Sus jóvenes seguidores no pueden creer lo que ven. Sufren, quizás, el primer desengaño en el terreno político. Los medios, ex aliados por quienes ellos conocieron a "su león", les muestran, sin contemplaciones, la realidad profiláctica que mejor saben y que más les gusta: la de convertir en descartable lo que no les es útil a la realidad actual. El piberío libertario no da crédito de lo que escuchan salir de la boca de sus antes adorados comunicadores estrella, que ahora transforman al salvaje felino liberal en un "gatito comilón" siendo arrastrado como al último eslabón del sistema.
El candidato libertario que sorprendió en las elecciones de medio término con su discurso antisistema, ahora se da cuenta de que fue aprovechado y descartado por los medios de comunicación.
Los mismos que lo invitaban a sus programas para generar rating y polémica, ahora lo ignoran. O peor aún, lo atacan sin piedad.
Ellos, que le dieron un espacio para expresar sus ideas, ahora le cierran las puertas, lo difaman, lo operan y le ponen trabas. Ellos, que se hicieron los amigos, ahora le muestran los dientes.
Podría decirse que Javier Milei por estos días esta andando "por los caminos como un paria que la TV se empeña en deshacer".
Milei es el protagonista de un tango que él no quiso cantar: Cuesta abajo.
Él, que se creyó el salvador de la patria, ahora ve como su popularidad se desinfla, y su propuesta se desdibuja.
Él, que se jactó de ser el paladín de la libertad, que intentó imponer su visión y descalificar a quien no lo sigue, ahora le toca morder el polvo de ya no ser funcional.
Él, que se llenó la boca con lo que era su verdad, ahora le teme a la realidad que los medios construyen en sus fronteras.
¿Qué le queda a Milei ante la brutal andanada de Clarín, La Nación y el resto de los grandes corporaciones, acorralándolo con denuncias a las que antes ni le prestaban oídos?
Sólo recitar "Ahora, cuesta abajo en mi rodada las ilusiones pasadas, yo no las puedo arrancar".
Y lamentarse pensado: "Sueño con el pasado que añoro, el tiempo viejo que lloro y que nunca volverá".
Apenas el recuerdo de aquellos tiempos en que podía decir lo que quería sin consecuencias, sin repreguntas ni responsabilidades.
Sólo el rencor de ver cómo sus ex aliados y mentores se convierten en enemigos, y provoca que muchos de sus seguidores se transformen en desertores.
Pero los medios no se apiadan. Ellos siguen su juego, cuesta arriba, con el respaldo de los poderes fácticos y los intereses creados. Ellos siguen manipulando la información, la opinión y la emoción, frente a una sociedad confundida y dividida. Ellos siguen bailando su tango, con cinismo y ambición, mientras Milei los mira con dolor y decepción.
Cuesta abajo, Milei va rodando por la senda del fracaso y el olvido. Cuesta arriba, los medios van subiendo por la escalera del poder y las operaciones políticas a quienes le sea más oportuno.
Y en el medio, el pueblo argentino, al que le quisieron hacer creer que tenían la oportunidad de elegir entre el circo y la seriedad, entre el ruido y el silencio, entre la demagogia y la razón, pero que en definitiva, "llegando al disco" los medios hacen apelar a otro tango del zorzal, "Por una cabeza", para lograr que el protagonista "afloje al llegar".
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