Cristina Kirchner volvió a poner en primer plano la idea de su “proscripción”, un eje político y discursivo que potenció en 2022 cuando la condenaron en primera instancia en la causa “Vialidad” pese a que, en términos prácticos, no lo estaba: aún restaban dos instancias de apelación.
La idea de una persecución política, judicial y mediática fue el motor de resistencia kirchnerismo duro y le devolvió centralidad en UxP tras la fallida experiencia del gobierno de Alberto Fernández. Tres años atrás lanzaban un operativo clamor para promover su candidatura presidencial. La iniciativa se apagó con la decisión de la propia expresidenta de no formar parte de ninguna contienda.
“No voy a ser candidata a nada, mi nombre no va a estar en ninguna boleta” dijo, luego de conocerse una primera sentencia a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos.

De no ser candidata “a nada” a una virtual postulación a la Legislatura
Parecía el fin de su recorrido en cargos públicos. Los siguientes meses, Cristina Kirchner tuvo un rol limitado al análisis político y sus exposiciones académicas. Pero en 2024 volvió a retomar su protagonismo al postularse como candidata a presidir el PJ nacional.
Pese a que accedió a ese lugar, su liderazgo fue desafiado por el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, y marcó el inicio del distanciamiento con Axel Kicillof, quien prescindió de dar un apoyo explícito a la expresidenta.
Su participación activa en la diaria no alcanzó para reordenar internamente al peronismo, como quedó de manifiesto en algunas votaciones en el Congreso. Pero hizo olvidar por un momento la idea de la “proscripción”, incluso con la ratificación de la condena en segunda instancia (la dejaba al borde de una imposibilidad material).
El tema regresó con el debate de “Ficha Limpia” en el Congreso y pareció nublarse con la puja por el poder dentro del peronismo en territorio bonaerense.
La idea de desdoblar los comicios provinciales es especialmente resistida por Cristina Kirchner, quien considera un “error político” separar las elecciones nacionales de las provinciales ya que el debate se centra en la disyuntiva “Milei sí, Milei no”.
Aunque cedió al planteo, sus espadas legislativas aún exponen reticencias con los plazos electorales, una forma de casi sincronizar – de hecho- las dos competencias electorales.
En medio de esa puja de poder, desde su entorno redoblaron la apuesta con la posibilidad de una candidatura de CFK como diputada en la tercera sección electoral, como respuesta a la “rebelión” encabezada por Axel Kicillof y sus intendentes aliados.

Pese a ello, algunos de los intendentes de la tercera aliados a Kicillof parecen eventualmente dispuestos a competir contra la exmandataria. E incluso dejaron trascender una encuesta encargada por Fernando Gray, el intendente de Esteban Echeverría, en la que quedaba por debajo de Axel Kicillof en niveles de imagen positiva.
Cabe recordar que en provincia de Buenos Aires, la discusión sobre ficha limpia es apenas una cuestión incipiente en la Legislatura. Sin embargo, la ratificación de una condena judicial por parte de la Corte dejaría a CFK sin margen para postularse.
De la “proscripción” personal a la “proscripción” del peronismo
Mientras afronta un inédito desafío de poder interno, la expresidenta volvió hoy a retomar el discurso de la “proscripción”, a la espera que la Corte Suprema confirme o desestime su condena por “corrupción”.
En ese marco, la expresidenta decidió recusar al juez de la Corte Suprema Ricardo Lorenzetti al considerar que respondió a las presiones del gobierno nacional durante el fallido nombramiento de Ariel Lijo.
“Sus declaraciones públicas – por Lorenzetti- del pasado jueves 1 de mayo en América 24, no hacen más que confirmar las veladas amenazas ‘en off’ vertidas en el diario Clarín el día anterior a la votación del pliego del juez Ariel Lijo en el Senado de la Nación”, explicó.

Asimismo, remarcó que también “son de público y notorio” conocimiento todas las circunstancias “que rodearon la nominación” de Lijo como el nuevo miembro de la Corte, que finalmente no fue, y “el rol de Lorenzetti” durante ese proceso.
“Las interpretaciones de terceros ajenos al respecto no dejan lugar a dudas acerca del verdadero objetivo que persigue el funcionario recusado: dejarme fuera del proceso electoral inminente y en el cual, además, ya comenzaron a correr los plazos” afirmó.
Luego hizo una afirmación en la que niveló su situación personal con la del todo el espacio político al que pertenece.
Bajo la hipótesis de su ejemplo como “disciplinamiento” del conjunto de la dirigencia de UxP ganó centralidad y posiblemente obtenga respaldo unánime en su pelea contra el “lawfare” opositor. “En realidad, nada nuevo bajo el sol: PROSCRIBIR es el verbo… y el sujeto, el PERONISMO” concluyó.

