La disputa por la coparticipación y la distribución de recursos está en su punto más alto. El jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta cuestionó la quita de fondos coparticipables que realizó el Gobierno Nacional, pero desde la administración central señalaron que es “una corrección”. En el medio, el gobernador bonaerense Axel Kicillof mostró los datos y se unió a un reclamo histórico para Buenos Aires. “CABA cuenta con dos veces y media los recursos de PBA por habitante. Sí, más del doble por persona”, sostuvo a través de sus redes sociales.
INFOCIELO entrevistó a Roberto Feletti, secretario administrativo del Senado de la Provincia de Buenos Aires, que tiene un extenso currículum en la materia: fue secretario de Economía y Hacienda del partido de La Matanza, secretario de Política Económica y Planificación del Desarrollo de la Nación Argentina y viceministro de Economía de la Nación; y presidente de la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados de la Nación. Feletti brindó su perspectiva sobre la diferencia entre los recursos que recibe CABA y la Provincia a partir del actual sistema de coparticipación federal.
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-En las últimas semanas se señaló la diferencia de recursos entre la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y municipios como La Matanza, ¿por qué hay tanta diferencia?
La ciudad de Buenos Aires es una Ciudad Autónoma, con rango de Provincia y con rango de Municipio en un mismo ente jurídico. Disfruta del beneficio de una coparticipación extraordinaria del impuesto a los ingresos brutos, que es de corte provincial, pero que las provincias acuerdan repartir por el convenio multilateral. Esto es así porque la mayoría de las empresas tienen sede en la ciudad. Y por ser sede tributan allí la mayoría, aunque no produzcan en ese lugar. Ese es el primer punto.
-¿Y el segundo punto?
El segundo punto es que ha venido beneficiándose de una serie de transferencias. La última era el 1,18% de la distribución primaria, que Nación le cedía. Cuando uno mira el total de gasto por habitante, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires está teniendo de gasto público total por habitante casi $220.000 por habitante por año. Contra La Matanza, que si vemos el presupuesto municipal de La Matanza te da $10.000 por año por habitante de gasto público. Siendo ambos distritos urbanos.
Por supuesto que en el caso de La Matanza hay que agregar la inversión municipal y provincial, que es discrecional según el gobierno de turno. Nosotros lo vivimos entre 2016 y 2019, cuando se restringió muchísimo la inversión bonaerense. Con lo cual, en escasos 50 kilómetros te encontrás con una dicotomía de intervención del Estado enorme.
En ese escenario, se pueden ver las diferencias que existen en el espacio público, en asfaltos, veredas, iluminación, de una situación urbana a otra. Es decir que muchas veces el discurso neoliberal de rechazo del gasto publico, del rechazo de la inversión publica, en boca de los dirigentes de la Ciudad de Buenos Aires sueña cómico. Los porteños tienen un gasto público por habitante muchísimo más alto. Y este desequilibrio, que perjudica mucho a la provincia de Buenos Aires, que realmente la perjudica mucho, nunca fue corregido.
Al contrario. Cuando uno mira la ley de coparticipación federal, que es una presión de los gobernadores que se consagra después por el Pacto de Olivos, ¿qué da ese régimen? da la consolidación del sistema de coparticipación federal que beneficia muchisimo a las provincias que están por fuera de la Pampa Húmeda. Por otro lado, beneficia a la Ciudad de Buenos Aires. Ahora, en el medio queda la provincia de Buenos Aires, que pierde coparticipación y que tiene estos indicadores: Un municipio lindante a CABA tiene 22 veces menos gasto público que CABA, a pesar de que en él residen 2 millones de habitantes. Esta inequidad es lo que después se refleja en el deterioro socioeconómico del conurbano.
-¿Por qué ocurre esto?
Porque nunca se pudo consolidar un modelo industrial que le de un tinte productivo al AMBA. Porque la provincia de Buenos Aires, cuando se quiere avanzar sobre la renta agropecuaria encuentra resistencia, y sin embargo nunca se pudo consolidar un modelo industrial sostenido en el tiempo que le de viabilidad productiva al Área Metropolitana. Sin horizonte productivo y con una baja participación del Estado, bueno, te explica lo que pasa en el AMBA.
-¿La aglomeración de habitantes en el conurbano bonaerense no contribuye a este problema?
La aglomeración es un problema de los últimos 30 años. Ahora, las dicotomías no ocurren en ninguna otra parte del mundo. Efectivamente, si vos miras la provincia de Buenos Aires e incluís la Ciudad de Buenos Aires, lo que vas a ver es el modelo agropecuario de renta agropecuaria en toda la zona de ruralidad; y el gran centro financiero y de servicios, moderno, tecnologico que es la Ciudad de Buenos Aires. Y en el medio, un Área Metropolitana degradada. Entonces por eso tanto contraste. Axel (Kicillof) a eso lo tiene re claro. El Gobernador tiene una visión estratégica de eso, pero hay que confrontar.
Eso también te da el problema de la coparticipación de recursos, porque los ingresos brutos se pagan como en la provincia de Buenos Aires, y además recibe coparticipación. En eso funda su autonomía, y además tiene los atributos de un municipio. Tenés una ciudad claramente centro financiero, centro de servicios. Y después lo que tenés es un conurbano que ha perdido el horizonte productivo. Oleadas de desindustrialización dejan sin horizonte productivo, cuando la lógica sería un interior rural que abastezca de recursos a una industria en el AMBA y que el centro financiero se integre.
-¿Está bien el planteo sobre que hay que redistribuir los recursos coparticipables?
Obviamente tiene que haber una coparticipación que consolide un reparto de recursos distintos. Me parece que hoy no puede haber discusión sobre eso, porque sino seguimos consolidando un esquema macrocéfalo. Tiene que haber un esquema de reparto distinto. Involucrar al resto del país puede tener una serie de discusiones complejas, porque la presencia del Estado en algunas provincias es fundamental.
Pero evidentemente tiene que haber una coparticipación distinta, porque sino convalidamos lo que las metrópolis hacen, donde conviven la gran pobreza y la gran riqueza. El nuevo reparto de recursos distintos tiene que ver con una contribución distinta del sector agropecuario con su renta. En los recursos de la provincia, el impuesto rural es apenas el 3%. Por supuesto que estamos hablando de recursos de poder. Tiene que haber una capacidad de la provincia mayor de recaudación, tiene que haber un reparto de recursos distinto, y también tiene que haber una tributación distinta en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
-¿Cómo se debería manejar el AMBA, entonces? ¿De forma integral con la Ciudad Autónoma de Buenos Aires?
Hay todo un conjunto de cuestiones que hacen al manejo del AMBA. Por supuesto que es clave también, porque cuando muchos hablan de la Moncloa argentina, hay dos cosas que deberían ser política de Estado: Que el AMBA sea industrial y que el sector agropecuario deba industrializarse. Son discusiones que deberían estar agotadas y saldadas.
El AMBA tiene que manejarse en conjunto. Si no, hay dos combinaciones complicadas de renta, la renta agropecuaria que no se industrializa, la renta inmobiliaria urbana que crece y termina expulsando, y la renta industrial que desaparece y se deja. Hay problemas ahí. El país necesita este tipo de pacto, ese tipo de acuerdo. El pacto que dijo Cristina es darle viabilidad al Área Metropolitana de Buenos Aires.
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