Amor por las pistas y bronca en Necochea: Se lo vio al intendente alentando a Colapinto

La Fórmula 1 en Interlagos atrajo multitudes de argentinos fantizados y apasionados, pero esta vez un espectador en particular levantó polvareda a kilómetros de distancia: el intendente de Necochea, Arturo Rojas. Sí, el mismísimo jefe comunal bonaerense fue visto en las tribunas del famoso circuito brasileño alentando al piloto de Williams, Franco Colapinto, mientras sus vecinos se preguntaban si la escapada del funcionario era realmente el mejor uso de su tiempo.

El revuelo comenzó cuando una transmisión de ESPN captó a Rojas entusiasta, palpitando la carrera desde el público. A los pocos minutos, las redes sociales se llenaron de vecinos de Necochea que levantaron más temperatura que el monoplaza del nacido en Pilar. Aunque falazmente decían que se había ido "de trampa", en realidad estaba con su hija.

“¿No tenía nada más urgente que hacer por la ciudad?” o “El aumento de las tasas municipales, ¿era para financiar su entrada VIP?” fueron algunos de los mensajes más suaves que circularon.

EL INTENDENTE Y SU HIJA

No tardó mucho para que el jefe comunal intentara justificar el viaje con una foto publicada en su estado de WhatsApp, donde se lo veía sonriente junto a su hija, Maitena, con el autódromo de fondo.

“Sueño cumplido. Fin de semana con mi hija viendo la Fórmula 1. Amor eterno y felicidad total”, escribió.

Sin embargo, el gesto paternal no logró calmar las aguas. Para los vecinos de Necochea, el viaje del intendente fue la gota que colmó el vaso.

No es que Rojas se haya reservado sus pasiones automovilísticas: de hecho, desde hace años su nombre está asociado al deporte motor. Durante su etapa como presidente del Consorcio de Gestión de Puerto Quequén, Rojas utilizó fondos del organismo para apoyar a su amigo y piloto de Turismo Carretera, Juan Bautista de Benedictis.

Y ya como intendente, celebró en grande la victoria de De Benedictis con una caravana en Necochea que para muchos fue “demasiado show” para un logro modesto.

Pero esta vez el contexto fue distinto: con el presupuesto municipal apretado y los impuestos en alza, muchos interpretaron su paseo por Brasil como un desplante a las necesidades de la ciudad.

EL COSTO DE VER A COLAPINTO EN BRASIL

Otro de los puntos que incomodaron a los necochenses fue el precio de las entradas para el evento. Con un costo que puede oscilar entre los 800 mil y los 2,6 millones de pesos, las butacas de Interlagos no son precisamente accesibles para el ciudadano promedio, y varios se preguntaron de dónde salió el dinero para tal lujo.

Es cierto que el salario del intendente no es bajo: gracias a las últimas 'paritarias', su ingreso mensual ronda los 8 millones de pesos. Pero, en tiempos de vacas flacas, la exhibición de este “sueño cumplido” en redes sociales sonó a exceso y generó más indignación que simpatía.

Mientras tanto, Rojas intentó mostrarse ajeno a las críticas y disfrutó de la carrera en solitario, alentando a Colapinto junto a otros compatriotas que compartían su fervor por el automovilismo.

Pero, al parecer, sus vecinos aún esperan que muestre el mismo entusiasmo en los temas de la ciudad, esos que lo tienen a él como máximo responsable. En Necochea, entre baches, problemas en los servicios y aumentos de tasas, muchos esperan que el intendente demuestre que su pasión también incluye hacer una gestión eficaz.

A su favor tiene no pertenecer al Kirchnerismo y con eso evitar la indignación de los grandes medios nacionales.

EN NECOCHEA NO LO VIERON COMO UN 'GRAN PREMIO'

Con un pasado marcado por apuestas públicas en el automovilismo y un presente donde el salario del intendente se mantiene como uno de los más altos de la región, el “viajecito” de Arturo Rojas a Brasil difícilmente se olvide pronto.

¿Fue un respiro merecido? ¿O una falta de sensibilidad en tiempos difíciles? La respuesta parece clara para los necochenses, que esperan que, al menos de regreso, Rojas vuelva con una “pole position” en gestión local.