Aunque la angustia que emana de miles de personas y Pymes que no pueden trabajar en este contexto de cuarentena son percibidas por el gobierno, el presidente no quiere desistir en su pelea contra el coronavirus.
Por eso, continúa privilegiando a la salud de la gente, aunque al mismo tiempo –explica- se están aplicando políticas y programas para asistir a los sectores más golpeados por lo que ahora, terminó resultando una nueva crisis económica.
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El caso más nombrado es la doble Asignación Universal por Hijo, el lanzamiento de la Tarjeta Alimentaria, el programa del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y el de financiamiento a pequeñas Pymes para el pago de sueldos de sus trabajadores.
“No espero hacer todo esto y que crezca la economía. Sé que estoy haciendo todo esto, se estanca la economía. Pero estoy evitando que el estancamiento lleve a la quiebra a alguien, que no se devore la crisis a la clase media, que las clases más pobres se sostengan. Estoy previendo todo eso”, se defiende Alberto Fernández, en una entrevista que mantuvo con el periodista Jorge Fontevecchia para Perfil.
“Pero pensar que puedo combatir el coronavirus generando una cuarentena que va a durar mes y medio por lo menos, que esto no va a tener consecuencias económicas, es imposible. Las va a tener, pero hay que entender una serie de datos”, admite.
El gobierno sabe que el drama que puede vivir el país con una infección generalizada, puede terminar haciendo más daño que la caída de la economía. De hecho, una frase en bruto del presidente resume ese pensamiento: “Prefiero tener el 10% más de pobres y no 100 mil muertos en la Argentina”, manifiesta.
La consigna que repite el presidente casi como un mantra es que, de “la muerte no se vuelve”, pero que, en cambio, “de los problemas económicos, sí”.
“Si dejamos que vayan a trabajar los operarios a la fábrica de automotores como si nada pasara, sucederá que uno que se infecte en un solo día contagia a toda la planta”, ejemplifica quien, en la última conferencia de prensa, se puso en “modo profesor” para explicarle a todos los argentinos y argentinas, la necesidad de seguir extendiendo la cuarentena.
Hay un dato crucial que resaltó en toda la presentación que el presidente hizo de la mano de un Powert Point, y es que, si en el país no se hubiese implementado la medida de aislamiento social el pasado 20 de marzo, hoy Argentina tendría cerca de 45 mil infectados. En el gobierno, nadie quiere imaginarse el número de fallecidos, en caso de que esto hubiese sucedido.
“Me decía Ginés que el año pasado por gripe común murieron 31.500 personas en Argentina. El problema que nosotros tenemos ahora es que contamos de a una las de coronavirus. A cada muerte, nosotros la sentimos como un hecho muy traumático. Y es razonable”, sostiene Fernández.
¿TODO SEGUIRÁ IGUAL EN EL MUNDO?
Después, el primer mandatario señaló que la crisis económica que podría darse en el país, también sucederá irremediablemente en casi todas las partes del mundo. “Va a cambiar todo. No sé cuándo vamos a poder volver a darnos la mano”, cuenta el presidente.
“El mundo va a ser otro, va a ser distinto. En ese mundo distinto, uno puede ver que la economía se hizo trizas. Se va a hacer trizas para todos. Pero también es una gran oportunidad. La oportunidad de hacer un mundo más justo, un mundo más legítimo”, reflexiona Alberto.
“El viernes hablábamos con el Grupo de Puebla. Allí yo planteaba esto: tenemos la oportunidad de hacer una economía más solidaria, porque finalmente para qué sirve poseer fortunas que los especuladores hacen crecer en las bolsas de valores, si un virus termina en un minuto con los consumidores y todo vale nada”, cierra el presidente.
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