Una foto de bancos de plaza en Haedo se hizo viral por su incomodidad
Al observarlo por foto en redes sociales, también la intriga radica en tratar de interpretar si nadie en la cadena que implica tomar la decisión de armar un espacio público como una plaza, lo chequeó previamente, le interesó, o se percató , de que aquello que se estaba construyendo era, además de un adefesio, algo absolutamente inutilizable por lo incómodo y antiergonómico.
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Eso está ocurriendo en el municipio de Morón.
En la localidad de Haedo se inauguró un nuevo espacio público al que a pesar de sus pequeñas dimensiones y bastante heterodoxo formato, se lo denomina como "plaza".
Hasta allí, nada diferente a otros tantos municipios del conurbano.
Lo que despertó el interés y permitió que se viralizara la imagen de esa 'plaza', fue la confección de unos bancos de cemento cuyo formato resulta tan incómodo que los ciudadanos eligen apoyarse en una especie de escalón bajo que oficia de 'sentadera', mucho más apetecible que el mobiliario urbano supuestamente diseñado para tal fin.
LA FOTO QUE PODRÍA SER UN CUADRO DE VELÁZQUEZ
De las ocho personas que pueden observarse en la imagen, ninguna optó por usar esos bancos sin respaldo, y con un ángulo de inclinación que, como aportó un usuario de redes, "dejaría con los pies colgando inclusive a un jugador de la NBA".
Como si se tratara de un sketch de la serie norteamericana "Parques y Recreación", la nobel plaza de Haedo tiene ahora el particular récord de poseer los bancos menos usados del oeste del conurbano.
Si bien Morón no es el único municipio que "se equivocó" en el proceso de diseño, armado y selección de sus bancos, parece ser ya una tendencia que las ciudades opten por mobiliario urbano más apto para ser mirado, que para ser usado por la ciudadanía. Es decir: priorizar lo estético por sobre lo práctico.
Otro de los puntos marcados por varios usuarios en redes es la nueva modalidad importada de Estados Unidos, en donde la norma es construir bancos que no puedan ser utilizados por personas sin hogar como "camas improvisadas".
Para evitar tal situación la construcción debe poseer algún tipo de "incomodidad programada", de tal forma que sea posible sentarse pero no "tumbarse" y dormir en esos bancos.
Dentro de los centenares de críticas apuntadas en redes sociales por la fotografía viralizada de la plaza y los bancos de Haedo, no hubo distinción política hacia los intendentes que aprueban estos "adefesios" urbanísticos, y comenzaron a girar las sospechas de posibles sobreprecios o "ahorros" que convierten en un gasto sin sentido este tipo de obras.
Era recurrente la mención a los asientos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que posee bancos simulando ser "mullidos", y en realidad son de concreto: duros, incómodos... pero muy agradables a la vista.
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