TRAS EL ENOJO DEL OFICIALISMO

La Iglesia busca el equilibrio al aclarar que “no es un partido político, ni del gobierno ni de la oposición”

En una asamblea celebrada en Pilar, miembros de la Conferencia Episcopal volvieron a remarcar la “deuda” que tiene la democracia con “los más pobres”, pero enfatizaron que su rol no es partidario. “Cuando miramos el país lo hacemos como pastores”, aclararon.

La Iglesia se encuentra cada vez más en sintonía con el discurso del Papa Francisco y se expone a las críticas de diferentes sectores, al apoyar y manifestarse en relación a la situación política del país.

Este rol que la vieja institución parece querer establecer entre el Estado y el pueblo, ha llevado a celebrar misas y encuentros con sectores del sindicalismo y del Campo Popular, claramente enfrentados al gobierno de Mauricio Macri.

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En la asamblea celebrada en Pilar, diferentes referentes de la Iglesia volvieron a remarcar esto, rechazando el análisis de que el sector eclesiástico se encuentra envalentonado contra el oficialismo.

“Cuando miramos el país lo hacemos como pastores. La Iglesia no es un partido político, ni del gobierno ni de la oposición”, dijo allí el presidente de la Conferencia Episcopal, Oscar Ojea. Palabras que parecieron mostrar distancia de su rol durante la multitudinaria misa celebrada en Luján el pasado 20 de octubre, el cual reunió a gran parte del sindicalismo y sectores críticos al gobierno.

“Nosotros queremos cuidar y fortalecer la democracia. La calidad de vida está ligada a la salud de las instituciones”, agregó en ese encuentro.

Sin embargo, en esa línea reconoció que la democracia “tiene una deuda” con los “más pobres” y que la Iglesia, como institución cercana a los temas sociales, no puede quedar al margen de esa denuncia.

De hecho, la misma fue uno de los sectores que durante los gobiernos kirchneristas, se encargó de remarcar ese mismo flagelo.

La misa por la paz celebrada en Luján. 

“Reconocemos que la democracia tiene una deuda social: siempre están postergados los más pobres. Por eso la enorme cantidad de problemas que tenemos en el país está centralizada en esta deuda”, apuntó así Ojea.

Por lo mismo, Ojea expuso la agresividad de los discursos de algunos medios e incluso de algunos sectores políticos, que se lanzan a criticar al Papa Francisco.

“Sentimos que hay una agresividad muy grande en distintos medios. Nunca como ahora, desde el interno de la Iglesia y desde afuera se ha criticado de manera tan tremenda al Santo Padre, seguramente por la prédica social tan fuerte que puede tocar algunos intereses”, explicaron.

La postura de la Iglesia no solo busca acercarse a los sectores más vulnerables, sino renovar su doctrina y adaptarla a los nuevos tiempos. Prueba de eso podría ser su reciente decisión de ir desprendiéndose gradualmente de los aportes del Estado.

Una crítica que le valió un significativo rechazo de un sector de la sociedad, especialmente de un sector joven y progresista, que expusieron la todavía estrecha relación económica entre el Estado y la institución.

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