Judiciales y Policiales
Hoy realizan la autopsia

Crimen de Sheila: una tía embarazada y su pareja confesaron ser los asesinos

La pareja se quebró ante la Policía. Dijeron que estaban drogados y borrachos cuando sucedió el homicidio. A la nena la ahorcaron con una sábana infantil y luego la arrojaron desde el balcón de un segundo piso a un espacio entre dos paredes donde los vecinos tiran la basura. La chiquita estaba desnuda dentro de una bolsa

Leonela Ayala, una joven de 25 años, embarazada, y su pareja, Fabián González, de 24, son los que confesaron haber matado a Sheila, la nena de 10 años que había desaparecido el domingo pasado en San Miguel.

La mujer es hermana del padre de la chiquita y hasta horas antes de ser aprehendida participaba de las marchas para reclamar la aparición de la nena y hasta hablaba con la prensa. Hoy, si así lo dispone la Fiscalía, va a ser indagada junto a su novio, quien es oriundo de Paraguay y tiene antecedentes penales, de acuerdo a lo informado por fuentes policiales a INFOCIELO.

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Además, hoy se realizará la operación de autopsia al cuerpo de Sheila.

Hasta el momento se sabe que la nena habría sido ahorcada con una sábana con dibujos infantiles poco después de su desaparición y que el crimen habría ocurrido en un departamento ubicado en el segundo piso del complejo habitacional donde habitaba la menor junto a su padre.

Como el cuerpo estaba desnudo, los investigadores quieren saber si hubo abuso sexual, dato que se desprenderá de la necropsia.

La pareja le dijo a los policías que el domingo ellos estaban drogados y borrachos y que no recuerdan bien qué pasó. Lo cierto es que Sheila fue ultimada, metida en una bolsa negra de consorcio y arrojada desde el balcón de un segundo piso a un espacio entre dos paredes, donde los vecinos tiran residuos.

Familiares y vecinos de la nena manifestaron su bronca anoche contra los uniformados al enterarse de que el cuerpo de Sheila había estado a metros de donde fue vista por última vez.

Desde la fuerza explicaron que cuando fueron a revisar el departamento de Leonela, no había nadie y como no tenían una orden de allanamiento no pudieron ingresar.

Ayer, los perros de la Policía marcaron con insistencia esa vivienda y al entrar Leonela se quebró y confesó ante los uniformados el atroz crimen. Cabe destacar que esa declaración no tiene valor para la Justicia.

  

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